Tu princesa favorita de Disney podría decir mucho de ti.
Como ustedes probablemente saben, las películas clásicas de Disney están basadas en leyendas y libros. El estudio de animación se toman ciertas libertades para actualizarlas y llevarlas al público infantil.
Sin embargo, las protagonistas de estas películas, las princesas de Disney, han sido criticadas a lo largo de los años por representar modelos a seguir dañinos para las niñas que las admiran.
Disney ha superado poco a poco estas críticas a lo largo de los años con películas como La Princesa y el Sapo (2009).
Pero en esta nota me quiero enfocar en las princesas de las primeras películas de los noventa y antes. De Blancanieves hasta Mulan.
Cada una de ellas refuerzan los prejuicios de que las mujeres deben ser salvadas, consentidas y en espera del príncipe azul del que depende su felicidad. Revisemos caso por caso.
Blancanieves, dependiente
Qué chingona está la animación de esta película. Pero más allá de eso, la pobre Blancanieves se la pasa dependiendo de la bondad de los extraños. Siempre está a merced de algún varón, ya sea los enanos o el mentado príncipe.
Cenicienta, la ilusionada
La única manera de escapar del maltrato de su familia es que se ligue al príncipe (otra vez) con ayuda de un vestido, zapatillas y carroza ficticios.
Aurora, la soñadora
La Bella Durmiente es de mis películas favoritas de la niñez. No obstante, ahora que la veo me doy cuenta de que la pobre Aurora es un títere del destino, condenada por los pecados de sus padres y en espera de (adivinaste) el príncipe que la saque de su letargo.
Ariel, la ingenua
La personificación del amor romántico, Ariel lo bota todo con tal de estar con el chico que le gusta, incluso a expensas de su integridad física.
Bella, la segunda mamá
Bella se topa con un monstruo de pareja y decide quedarse con él para cambiarlo. Suena muy familiar, ¿no?
Jazmín, la narcicista
Todo se tiene que tratar sobre ella. Lo deja todo por el primer fulano que le pone atención.
Mulan, la sacrificada
En verdad es heróico el sacrificio que hace Mulan por su familia, sigue la tradición de heroínas clásicas que son capaces de perderlo todo por su comunidad. Sin embargo, habría que cuestionar si este tipo de actitud sigue siendo vigente. También es importante el amor propio.
Pocahontas, emocionalmente dependiente
A la inversa del caso de La Bella y la Bestia, Pocahontas necesita de una pareja que la moldee, que le muestre cómo debe comportarse.
En Erizos somos fans de las películas de Disney, pero también recomendamos ser críticos con las historias que nos contamos.