Tener un perrhijo es casi una experiencia religiosa. Es algo que, aunque muchos critiquen, no pueden saber si no lo viven. Estas 20 cosas son solo unas de las cuantas que todos los que tenemos esta relación mágica entendemos.
Pelos, pelos por todos lados
Esto es obvio y hasta casi necesario. Un lomito no puede dejar de producir pelito ni de soltarlo por ahÃ, asà como tú no puedes dejar de abrazarlo y cargarlo en cuanto puedas. Esto se traduce en tener pelos en toda la ropa y en todas las prendas, pero eso no importa, tampoco lo que llegue a decir la gente, porque lo verdaderamente importante es sentir el amor de nuestros perrhijos.
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Solo hay fotos de perritos en tu galerÃa
El centro de tu corazón está colonizado por tu perrhijo, pero también lo está la memoria de tu teléfono celular. No puedes negarlo, y si quieres decir que no, te retamos a que nos muestres la galerÃa de tu teléfono para comprobarlo.
Adios al tiempo solitario
Habrá que aceptarlo también: un perrhijo significa decirle adiós a tu privacidad. Ya sea en el baño, en tu cuarto, en la sala o la cocina, tu lomito te perseguirá hasta en sueño y no es algo que te vaya a molestar en lo más mÃnimo.
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Crearle una voz imaginaria
Igual que Canelita tenÃa una voz para su mami, nuestros perrhijos tienen sus voces de acuerdo a sus personalidades. Esto, por supuesto, no nos vuelve personas raras, más bien nos hace gente comprometida a saber cómo es la vida de nuestro lomito.
¿Y mi cama?
¿Cama? Tú jamas tuviste una, solo era un préstamos en lo que llegaba el verdadero dueño. Tienes que aceptar que el lugar donde duermes es solo una cama más de tu perrhijo, no tienes poder sobre ese lugar.
Sentir el dolor de no poder llevarlo a todos lados
Es algo inevitable, al parecer. No todos los lugares están hechos para tener perrhijos y este mundo no está preparado para entender ese amor. Dejarlo en casa, sabiendo que estará solo durante horas, es un sentimiento fuerte y triste.
Pobreza… dulce pobreza
Cuidar y mantener a un perrhijo es difÃcil y es caro. Es un precio que estamos dispuestos a pagar en forma de croquetas, juguetes y accesorios muchas veces innecesarios.
Esa también era mi comida
Y por más que lo consientas, siempre querrá de lo que tú tienes sobre el plato porque no tiene llenadera.
Pisarlo y sentir el terror
Nada igualará el terror de sentir que acabas de lastimar al ser que más quieres en el universo. Claro que siempre te perdona, pero claro que siempre te sientes como el peor villano de la historia.
Conocer un amor que pocos conocen
¿Tienes un perrhijo? Si no, tal vez no sabes amar.