“No estoy llorando, se me metió un perrito que veló la tumba de su amo por una década en el ojo”.
Durante los diez últimos años de su vida, Capitán resguardó la tumba de su amo, a quien había amado durante la feliz vida que compartió con él antes de fallecer.
Ni siquiera la muerte de su dueño le impidió a este fiel perrito estar con él.
La historia de Capitán comenzó en 2006 pero comenzó a llamar la atención de los medios argentinos hasta 2012, año en que se realizó un artículo sobre “el perro que no se despegó la tumba de su dueño aún a pesar de que ya llevaba varios años muerto”.
Por años la gente le dio de comer a Capitán mientras este continuaba velando a su muy querido amigo, pero esta mañana de 2018 lamentamos decirte que el perro fue hallado muerto en el mismo cementerio donde pasó la última década de su vida.
Capitán había llegado a la vida de Miguel Guzmán, su dueño, cuando este se lo regaló a su hijo Damián en 2005.
Sin embargo, unos meses más tarde, en marzo de 2006, Miguel murió y debido a que el perrito lo quiso mucho, abandonó la casa familiar para nunca volver.
Al principio los Guzmán pensaron que el perro se había perdido o que tal vez había muerto en algún accidente, pero al visitar el cementerio para visitar la tumba de Miguel lo encontraron ahí, custodiando el último reposo de Miguel.
“El domingo siguiente volvimos a visitar la tumba y el perro estaba ahí. Esa vez nos siguió, en el regreso, porque habíamos ido caminando. Se quedó un rato con nosotros en casa, pero después volvió al cementerio,” indicó Verónica, la viuda de Miguel, en su momento.
Héctor Baccega, director del cementerio, llegó a decir que el perro había llegado solo y estuvo olisqueando largo rato antes de dar con la tumba de su antiguo amo.
Ahora, ese amor eterno por Miguel terminó con la muerte de Capitán, un perrito fiel que sin duda se ganó su boleto al cielo de los perros, porque como bien sabes, todos los perros van al cielo.
