Peña Nieto está en su gira del adiós y parece que ya nadie se acuerda de que es presidente. Eso es culpa del viejito, que diario es portada y nos hace olvidar el rostro más bello que ha gobernado este país, pero también el más traicionero, pues asegura que la culpa de la derrota del PRI es de Pepe Meade, y no tiene nada que ver con él.
Aunque Meade se deshizo en elogio en campaña hacia el bebé de luz con carita rikolina más guapo de Los Pinos, parece que a Peñita poco le importó que entre los dos hubiera paz, y a la pregunta expresa de Ciro Gómez Leyva, sobre quién tuvo la culpa de la goleada que le dieron al PRI en las urnas, no lo dudó: todita de Meade.
Explicó que la derrota fue, principalmente, porque la gente quiere un cambio, nomás eso. No es porque en su gobierno nomás estemos hablando de muertos, depreciación del peso, inflación y memes con su rostro. No. El error fue Pepe Toño.
Eso sí, defendió que su partido lo eligiera, diciendo que era un gran colaborador y que le parecía una buena opción, pero que desgraciadamente se equivocaron. Nada tiene que ver, nuevamente, con el equipo de fútbol que se puede armar con gobernadores y funcionarios priístas acusados e investigados por actos de corrupción.
Para su mala suerte, la raza que la sigue cotorreando se dio cuenta que esto es una traición hecha y derecha. ¿O será solo una estrategia para que hablen de Meade al menos una vez?
Quién pensaría que esta noble e inocente carita podría albergar la traición a los suyos. Mal ahí, bebé de luz.
Bueno, también hubo quien encontró similitudes entre Peña y la gente que le quiere echar la culpa hasta de que llueve al viejito menos tartamudo de esta nación.
Nosotros también esperamos que después de la gira del adiós, Peña pueda reconocer que el PRI sufrió mucho su sexenio, que no todo es su culpa, pero él era la cabeza de todo ello, que para eso es presidente.
No, Peña. Que te perdone dios, nosotros no lo vamos a hacer.
Y, finalmente, es evidente que el casi expresidente mexicano lo que busca es zafarse de todo lo que él mismo creó.
Le quedan 100 dias de gobierno, en los que veremos si compone algo o deja todo peor de cómo estaba. Por ahora, nos quedan memes, mentadas de madre y alguna que otra cosa digna de recordarse de él.