Después de 15 días de hospitalización, varios meses dentro de una cárcel europea y otros más como prófugo de la justicia, Emilio Lozoya fue “liberado” y para celebrarlo hizo una “pequeña” reunión con algunos amigos.
El exdirector de Pemex no pudo evitar celebrar que no pasará su proceso en la cárcel luego de haber sido consignado en libertad condicional, para lo cual invitó a algunos de sus amigos más allegados a casa quienes incluso festejaron con botellas de Château Margaux, un vino (carísimo, por cierto) cuyas botellas tienen precios entre 13 mil y 25 mil pesos por unidad.
Parece broma que en medio de la pandemia y aún delicado de salud (o eso suponemos) el político haya celebrado una fiesta de esta magnitud, pero no es para menos. Según dicen los reportes, Emilio salió gracias a una estrategia bien trazada por su padre en la que tuvo que “cantar” sobre todas las personas involucradas en los desfalcos y presentar pruebas de que esto era cierto.
Al parecer el andar chivateando a sus compas con la Fiscalía General de la República (FGR) le funcionó pues cuando salió del hospital recibió sus “privilegios” entre los que se encuentra poder llevar su proceso fuera de la cárcel, pero con algunas condiciones entre las que destacan el brazalete electrónico en el tobillo, que no puede salir del país y sobretodo, que debe regresar al Reclusorio Norte cada determinado tiempo a “pasar lista”.
El reporte fue hecho por Carlos Loret de Mola, que a su vez recibió los informes de fuentes que pudieron presenciar la fiesta de Lozoya, el cual no paró a pesar de haber sido intervenido en uno de los hospitales más caros de México por una hernia hiatal y haber sufrido anemia hace no más de 15 días.
Parece que en ésta ocasión Lozoya no está tan mal con la ley y es hasta posible que libre la condena si todo sigue igual, siempre y cuando siga los consejos de su padre quien ha tomado el control de su defensa.
Fuente: Quién Web