El aceite de coco se vende como la nueva alternativa a esos viejos aceites con los que cocinaba tu abuela. Su popularidad se ha ido extendiendo, pero es momento de decir la verdad: según expertos en nutrición, este es “puro veneno”.
Sí, sabe rico. También es vegano y súper ecofriendly… pero es malísimo para tu cuerpo. ¿Por qué? Bueno, básicamente porque su contenido de grasas saturadas es tan alto que podría tapar tus arterias si lo consumes constantemente.
Esto lo convierte en una alternativa que no es mejor que la mantequilla, aceites de otros vegetales y frutas… vaya, ni siquiera es mejor que la manteca de cerdo. Y esto no es descubrir el hilo negro, está especificado en su información nutrimental, pero ahí nomás vemos numeritos y términos que no entendemos.
En tiempo recientes, este alimento ha sido vendido como un remedio nutricional para las demás formas de freír y cocinar. Sin embargo, eso era pura publicidad. La realidad es que su uso siempre ha sido rechazado por nutriólogos, que ven en este superalimento una verdadera amenaza.
Aunque esto no quiere decir que el aceite de uva o de canola sea malo, los nutriólogos también han convenido en que la dieta tradicional es suficiente y que estas alternativas no son necesariamente mejores, simplemente son eso: alternativas.
Por otro lado, el coco es un alimento que no es precisamente malo, pero a la hora de ser procesado como aceite, contiene más del 80% de grasa saturada, más del doble de la cantidad que se encuentra en la manteca de cerdo, y un 60% más que se encuentra en el goteo de carne de res.
Así que si alguien te convenció de que era bueno para tu salud y que te iba a ayudar a conseguir el cuerpo de verano… perdón. Te acaban de estafar. Sus beneficios son pura publicidad (engañosa), pues no hace daño si se usa en porciones mínimas, pero ¿para qué lo vas a usar así nomás para decir que consumes aceite de coco?
Mejor sigue comprando esa manteca de cerdo que huele horrible, pero que no te va a matar por hacerte unas quesadillas fritas.