Millennials piden cancelar Animaniacs por ser poco apropiada para los niños

Millenials piden cancelar Animaniacs porque se acaban de dar cuenta que (evidentemente) no es para niños
Millennials piden cancelar Animaniacs por no ser para niños

Animaniacs regresó a la televisión para el beneplácito de todos los chavorrucos del mundo… pero muchos olvidaron cómo era esta caricatura y ahora piden que se cancele por no ser apropiada para niños.

Así es, la misma gente que la veía de infantes ahora quiere que la quiten del aire porque, evidentemente, no es un contenido completamente optimizado y propio para personas pequeñitas que llamamos chamacos o niños (y niñas, por supuesto).

Y, bueno, tal vez la aclaración que cabe hacer es que aunque todos la veíamos de pequeñitos, esta serie animada dirigida por Tom Ruegger por Steven Spielberg nunca estuvo enfocada para el público infantil.

Esta buscaba aprovechar los temas más tradicionales de la animación de los años 50 y 60 para darle un nuevo giro, en el que toda la animación buscara crear una conversación entre lo que se muestra en pantalla y sus símbolos.

Animaniacs fue en su momento un punto de quiebre para la animación contemporánea, que se reforzó con la fuerza que ganaron otras series de temáticas y giros similares como Los Simpson, South Park o Spike & Mike.

Y, claro, resulta completamente previsto que las personas que vieron eso como algo normal en su infancia ahora lo vean con otros ojos y no quieran que eso esté en la cabeza de sus pequeñas criaturas.

Animaniacs desde su tanque

Sin embargo, también, dentro de los derechos de las audiencias está la educación que proveen esos contenidos y por más que se quiera quitar por no ser apropiada para infantes, lo que más bien deberían pensar es simplemente buscar contenidos infantiles propios para la audiencia que se consideren.

Aunque México está limitadísimo en cuestión de productos de animación de jóvenes adultos y adultos, la oferta de animación infantil es basta (afortunadamente), por lo que nadie tiene que sufrir esta vez.

Eso sí, es un buen momento para cuestionar cómo y por qué veíamos gracioso (o no) lo que consumíamos de niños.

Con información de SDP