No cabe duda que cuando se quiere y se tiene un sueño, se puede y no hay ningún pretexto para lograrlo y ejemplo perfecto ha sido este abuelito de 92 años, quien tiene el sueño de ser arquitecto y por eso, ha aprendido a tomar clases en línea y estudiar de esta forma.
Debido a la pandemia que ha azotado en todo el mundo y que ha cambiado por completo nuestra rutina, una de las cosas que vamos a tener que seguir aprendiendo todos es trabajar y estudiar en línea, por lo menos hasta que esto vaya normalizándose en unos años.
Es por eso, que cuando digo todos, me refiero literal a todos, incluso a las personas de la tercera edad quienes no nacieron con la tecnología, que han tenido que ir adaptándose y que ahora tienen oportunidad de aprenderlo y más cuando tienen un sueño que les mueve el corazón.
Y este abuelito de 92 años, nos ha venido a demostrar que siempre hay que luchar por lo que queremos en la vida, se trata de un hombre brasileño llamado Carlos Augusto, quien ahora está haciendo todo lo posible por terminar su carrera de arquitectura y urbanismo, donde fue aceptado hace 2 años.

Así que al entrar a la escuela, tenía varios retos que pasar, como estudiar con jóvenes quienes quizá a veces suelen perder la paciencia, pero su sueño lo impulsó ya que pasó toda su vida como diseñador de proyectos en un hospital pero él quería convertirse en todo un arquitecto formal.
Sin embargo, ese no fue el único reto al que se tuvo que enfrentar pues vino la pandemia y le tocaba estudiar en línea, cosa que le ha provocado bastante trabajo ya que el abuelito asegura que tiene problemas del oído y con sus huesos, lo que le dificulta usar el teclado, además de no tener idea cómo usar la computadora.
Gracias a su familia, ha ido aprendiendo ya que le ayudan y lo apoyan en su sueño, ha revelado que su nieta lo ayuda a tener sus videoconferencias y él cree fielmente que aunque llega una edad en la que quieres descansar y bajar el ritmo, debemos mantener nuestras mentes en funcionamiento y hacerlo todo por cumplir nuestros sueños.
Fuente: Actitud Fem