Muere Aretha Franklin, la reina del Soul

#PorSiempreAretha

Pocas veces la muerte de un artista nos hace llorar. Es como cuando se murió John Lennon, David Bowie, o hasta nuestro orgullo nacional Juan Gabriel. La cosa es que la Aretha Franklin, la Reina del Soul murió hoy a los 76 años de edad y ya no hay mucho que podamos hacer.

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Según lo reporta la prensa internacional la reina murió a causa de un cáncer de páncreas al que se enfrentaba desde 2010.

No había nadie como Aretha, ya sabes.

En su carrera hubo 44 nominaciones a los premios Grammy de los cuales ganó dieciocho. Vendió más de 75 millones de discos, y fue la primera mujer en entrar al Salón de la Fama del Rock and Roll, al que otros nunca entrarán.

Aretha, eterna, murió en su casa en Detroit en donde vivió desde los dos años. Nació en Memphis, Tennessee en 1942 y así fue como dos lugares fundamentales en la historia de la música atestiguaron el auge y caída de la reina.

Como sabes en Memphis nació Justin Timberlake, vivió el rey y nació buena música. En Detroit nació, prácticamente, la música negra como la conocemos hoy con actos como los de The Supremes.

La cosa es que la muerte de Aretha marca el fin de toda una época y de varias cuestiones: por una parte su influencia y representación en los movimientos por los derechos civiles de los negros, y por otra, el nacimiento de ese maravilloso, enigmático y único género llamado SOUL.

En 2017, Aretha se retiraba de los escenarios diciendo:

“Me siento muy enriquecida y satisfecha con la procedencia de mi carrera y dónde se encuentra”.

Claro: era la reina, irremplazable y nadie más iba a poder contra ella.

AP

Aretha pasó la prueba del jazz para hacer la prueba del soul en la que superó todos los obstáculos. Quizá la única prueba que no logró fue la de la música disco, pero eso es cosa a parte.

Con ella colaboró Elton John, George Michael y otros grandes, como Luciano Pavarotti, quien le cedió el micrófono en la ceremonia de entrega de los premios Grammy de 1998 para que cantara el “Nessun Dorma!” de Turandot, la gran ópera de Puccini.

Además, por su puesto, hizo una de las mejores canciones de todos los tiempos “Respect”, el grito fuerte y lleno de contundencia de una mujer cuyo poder sexual y racial exigía solo eso: respeto.

David Remnick, un crítico de música la describió por su voz y no por la fuerza de su catálogo ni de sus escándalos:

“Su inteligencia musical, su manera de cantar detrás del ritmo, de rociar un lavado de notas sobre una sola palabra o sílaba, de construir, momento a momento, el poder emocional de una canción de tres minutos”.

Y sí… basta con escuchar su directo en Fillmore West en 1971 para entender cómo y por qué era y siempre será la reina.

Barack Obama, el ex presidente de Estados Unidos la describió así:

“Se puede escuchar la influencia de Aretha en el paisaje de la música estadounidense sin importar el género. ¿Qué otro artista tuvo este impacto? Dylan. Tal vez Stevie (Wonder), Ray Charles. Los Beatles y los Stones, pero, por supuesto, son importaciones. Los gigantes del jazz como (Louis) Armstrong. Pero es una lista corta.

“Si estoy varado en una isla desierta y tengo diez discos”, continuaba Obama, “sé que ella está en la colección. Porque ella me recordará mi humanidad. Lo que es esencial en todos nosotros. Ella solo suena condendamente bien, así que un consejo: cuando estés cantando en una fiesta, abre con ‘Rock Steady’”.

Así que, cuando un artista de esta talla muere, no debemos hacer más que escuchar la música.

Dato interesante: El 16 de agosto de 1977 Elvis Presley murió en la misma ciudad en la que Aretha nació: Memphis. Así que Aretha murió el mismo día que Elvis, pero eso no es todo. Madonna nació el mismo día en que los dos ídolos cerraron los ciclos… así que es un gran día de la música, como pocas veces pasa.

La ilustración hermosa de aquí arriba es del gran Pepe @esepe1.