Shakira se metió en problemas por presunto fraude fiscal

Sus caderas no mentirán, pero tal vez su contador sí lo hace un poquito para pellizcarle algunas ganancias al fisco.

Al deambular en el vasto universo de internet nos topamos con la noticia de que en España Shakira fue denunciada por posible fraude fiscal.

Desde que la colombiana comenzó a vivir en España, sus ingresos mundiales, que suman millones de dólares, debieron haber generado jugosos impuestos que el gobierno español necesitaba para subsistir.

Y sí, una cosa es que seas famosa, hermosa y poderosa, pero otra es que intentes ponerte al tú por tú con el poder ilimitado del Fisco.

Al parecer entre 2011 y 2014 la cantante (o sus contadores) olvidó pagarle al gobierno de España los impuestos derivados de tooooodo lo que ganó durante esos años.

Por eso la Agencia Tributaria española (algo así como el SAT español) ya interpuso una denuncia contra la cantante colombiana.

¡Veeeerdes billetes de a dólar!

Según el Fisco (como le llaman de cariño y temor a la Agencia Tributaria) la colombiana, por el solo hecho de residir en España durante esos años, tuvo que tributar en este país, pero no lo hizo.

Para ellos la colombiana debió haber declarado sus impuestos como residente en España y es que durante esos años ella bien que aprovechó los servicios que la ciudad, a través de los municipios le ofreció como drenaje, alumbrado público, Policía, Bomberos, pavimento en sus calles y todas esas cosas que nos da la civilización, pero olvidó pagarlos.

En pocas palabras, Shakira debe como cuatro años de impuesto sobre la renta de las personas físicas por sus ingresos generados en todo el mundo y no solo los obtenidos en España.

En aún menos palabras: DEBE UNA LANOTA.

Para Hacienda lo que hizo (o más bien, no hizo) Shakira es un delito agravado por el importe defraudado, así que probablemente tendrá que pagar lo que debe más una señora multota que ascenderá a decenas de millones de dólares.

Ni modo, Shakira, pero tal vez tus caderas sí mintieron después de todo.

Como bien dicen, lo único inevitable en esta vida es la muerte… y los impuestos.