Ayer Vicente Fernández nos dejó claro que sigue viviendo en otro siglo, porque rechazó, a riesgo de morirse alv, un trasplante de hígado solo porque podría haberle pertenecido a un homosexual, por lo que los memes ya lo alcanzaron para recordarle que está bien baboso.
Nuestra primera reacción fue esta: imaginarlo ahí, echado durante su agonía, sufriendo y malgastando su aire para nada más avisarle a los médicos que prefiere morirse que tener un órgano de otra persona que no sea como a él le gustan las personas.
Imaginen que utilizara esa lógica para todo… no podría comer nada, qué tal que su lechuga también era homosexual.
Otra cosa que podría haber pasado es que el pobre hígado gay se “reformara”, como cree luego la gente como Mauricio Clark, y se volviera un órgano hetero que le gusta el fútbol y el desodorante de chocolate.
O que simplemente lo hubiera rechazado, porque no puede estar tranquilo teniendo algo de un homosexual dentro de su cuerpo.
Esperemos que haya grupos de órganos gays que se junten a celebrar que no tienen que meterse a cuerpos tan horrendos como el de Don Chente.
Porque si prefiere morir a dejar de ser homofóbico… VE POR ELLO, CARIÑO.
Seguimos riendo mucho por haber hecho tal tontería.
Lo mejor es saber que si morimos, nuestros órganos no caerán en ese cuerpo con problemas de bebida.
También esperamos que ningún higadito se sienta vulnerado al ser rechazado por tremendo patán. No es tu culpa, higadito bebé 🙁
¿Los hígados encebollados también tienen orientación sexual?
Pobre del hígado que tenga que estar ahí, porque tendrá trabajo bien loco.
Imaginen que eso fuera cierto. El mundo se nos acaba.
Te va a pesar, Chente, te va a pesar.
Vicente Fernández nada más es un viejito mocho, pero no por eso deja de parecernos asqueroso que se quiera morir por algo tan tonto.
No estaremos contentos, pero no diremos que no es algo justo.
¿Su ángel de la guarda también será homofóbico?
Ufff, pregunta difícil para los de Jalisco.
RuPaul te mira decepcionado.