No hay duda: Meghan Markle no puede dormir en paz y todo gracias a su familia, porque al parecer con la única que se lleva bien es con su mamá, la señora Doria Ragland. La cosa es que esta vez su hermana, bueno media hermana Samantha, de quien también está distanciada, reapareció ¡y con todo!
Y es que según nos enteramos, Samantha Markle le envió una fuerte carta navideña a Meghan que muy probablemente, la tiene llorando en su alcoba real.
Aquà Meghan:
Y aquà Samantha Markle, a quien hace no mucho corrieron del Palacio de Kensington por llegar sin avisar…
Bueno, pues resulta que según esta nueva carta navideña la hermanastra de Meghan le está pidiendo que por favor aproveche las fiestas y que asÃ, se reconcilie con su papá, a quien el distanciamiento de Meghan le está pesando hasta en la salud.
En la carta, que en realidad es una tarjeta navideña se puede leer:
*Traducción patrocinada por los fervientes chismosos de la vida de Meghan*:
“Querida Meg. No se supone que esto sea formal. La Navidad es un tiempo para la familia y una época sentimental. Como sabes, papá ha estado intentando contactarte, y está muy dolido porque tú has estado evitándolo. La vida es muy corta y sabes que papá es maravilloso. Por favor dale alegrÃa en sus últimos años demostrándole que lo amas. Es ahora o nunca. Por favor considéralo. Tu hermana, Samantha”.
¡Y pum! Una vez más, Meghan está en jaque por toda la gente que la ha juzgado por mantener una mala relación con su papá.
Como sea es bien sabido que Meghan y su papá se distanciaron cuando él le vendió intimidades a la prensa. Ahora el señor dice que está arrepentido y que quiere retomar el contacto con la chava y dejar todo esto atrás, pero nadie le cree.
Y es que hay un mar de entrevistas y declaraciones que no favorecen para nada a Meghan y que han provocado que ella solo se distancie y no confÃe en nadie de su familia más que en su mamá.
¿Crees que la carta le toque el corazón a Meghan y recapacite?
a) No, ella ya no los quiere.
b) Creo que la hermana la está chantajeando.
c) Meghan es la mala del cuento y nadie se da cuenta…
¡Ay Meghan, en la que te metiste!