El mundo otaku es extraño. No solo huele a doritos y a soledad, sino que también está lleno de caminos escabrosos que, en ocasiones, terminan en hologramas y dolores de mano. Esta es la historia del sujeto que se casó con su mona china holográfica, porque pues quiere y puede.
Su nombres es Akihiko Kondo e invitó a toda su familia a su boda… pero solo fueron algunos de sus amigos y sus colados, siendo una fiesta de alrededor de 40 personas. La razón fue seguramente que su madre no quiso ver a su retoño llenarse de felicidad con un programa de computadora holográfico.
En fin, esta boda costó alrededor de 2 millones de yenes, algo así como 357 mil 346. Ciertamente, mucho más de lo que te gastarás en el grupo versátil y el salón con batucada para la tuya, pero cuando uno no tiene que gastar en más que baterías e internet para sobrellevar su relación todo parece posible.
Y, bueno, su esposa se llama Hatsune Miku, la super estrella virtual del pop japonés. Que de hecho ha venido en dos ocasiones a México, por lo que parece que tenemos cierta relación con este buen hombre.
Ella fue creada por un estudio de animación para ser una superestrella y vaya que lo ha logrado. Es la luminaria de videojuegos, simuladores y hasta estaciones de optimización de hogares, como este del que se enamoró Kondo.
Aunque técnicamente su boda no fue oficial, porque Hatsune Miku no existe (perdón por romper ilusiones) realmente, la compañía que la creó ha expedido más de tres mil certificados de casamiento “trans-dimensional” que acreditan estos bodorrios como legítimos entre el mundo real y el mundo del código binario.
Sabemos que así empezó el drama en Her, pero este sujeto parece feliz siendo esposo de un programa adúltero que tiene un casamiento con tres mil personas. Tal vez este sea el futuro y al fin podamos todos desprendernos de los cochinos celos y las infidelidades.