¿Cuánto ha gastado Gomita en operaciones? En principio, la única respuesta a esta imperiosa pregunta es A QUIÉN SHINGADOS LE IMPORTA, ¡ocúpense de sus asuntos! Pero como sabemos que el morbo y el chisme se les da sin apología, pues ahí les va la respuesta:
Según TvNotas (prestigiosa fuente de información que cura hasta la ansiedad existencial), con sus 11 operaciones estéticas, la ex payasita de la tele Gomita ha gastado cerca de un millón de pesos para transformarse en lo que es hoy. Auch. Y tú rogando por llegar con dignidad a la siguiente quincena.
¿Cómo le hace uno para gastar tanto dinero en cirugías plásticas?
Araceli Ordaz (su nombre de mortal) ha aumentado sus senos y sus glúteos, se ha sometido a tres liposucciones, dos rinoplastias (operación que deberías buscar en imágenes de Google para que se te quiten las ganas de hacerla) y ha afilado su rostro en unos lugares y rellenado en otros (porque sin un buen par de cachetes, la vida no es vida).
Si realmente traías el pendiente o andas evaluando hacerte algunas intervención también (es tu cuerpo, cada quien que lo mutile como quiera; solo no cometas el error de creer que funcionará como un parche permanente en el autoestima) he aquí el desglose de su intervenciones:
En el rostro soñador:
Nariz (dos operaciones, en serio, no busquen “rinoplastia” en Google porque guácatelas): $160 mil pesos
Labios: $20 mil pesos
Cachetes: $10 mil pesos
Barbilla: $25 mil pesos
En el cuerpo que nunca se rinde:
Busto: $75 mil pesos
Glúteos (dos intervenciones… o sea… ¿cuatro operaciones?): $300 mil pesos
Liposucción: $300 mil pesos
¿Y cómo le hace uno para conseguir todo ese dinero? Pues la verdad no estamos seguros (si lo supiéramos ni tendríamos que ser los engranes más bajos de la maquinaria capitalista de los medios), pero algo es seguro: aunque parezca improbable, a veces sí se puede pasar de esto:
…a esto:
Gomita, guerrera de luz, despilfarradora de primera, pseudocelebridad de cuya existencia me enteré hace media hora, no escuches a los haters (ellos siempre van a odiar), escucha tu corazón, no te vuelvas a tocar la nariz (así ya está bien) y sigue tus sueños.
vía Radio Fórmula