Si con cada noticia nueva no paras de perder la fe en la humanidad, ahora tienes algo de qué enorgullecerte: después de que un camioncito del pan terminó con toda la mercancÃa tirada por las calles, muchas personas se acercaron, pero no para robar, sino para ayudarle a recoger.
Es algo común en muchas partes del paÃs. En cuanto un desafortunado camión se queda varado en la calle, la gente corre a destilar sus dotes de rapiña y se lleva hasta las llantas del pobre camioncito, mientras el chofer solo ve cómo se llevan su trabajo y el futuro regaño de la empresa.
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¡PERO NO ESTA VEZ! Después de que se le cayeran todas sus valiosas galletitas y panecitos dulces, este chofer no tuvo que ver pasar su carta de despido frente a sus ojos.
Lo único que tuvo que observar fue cómo personas buenas y bien intencionadas bajaban de sus autos y se detenÃan a media calle para levantar cajas de producto y regresarlas a su lugar.
Esto sucedió en Ciudad Juárez, al norte del paÃs, donde la gente es noble y resistente porque no se derrite con tanto calor diario. Asà que aquà tenemos una buena experiencia de que no todo tiene que ser igual siempre.
Esperemos que las siguientes veces que suceda algo igual no tengamos más imágenes de camionictos perdiendo sus entrañas, sino gente ayudando a que nadie termine afectado.