Bradley Cooper, conocido también como El Cacas, se quedó como el perro de las dos tortas y eso hace todavía más tensa su vida, como ahora que se encontró con Irina Shayk, su ex, en un aeropuerto, despertando un momento sumamente incómodo y tenso.
Estos dos ya llevan tres meses separados, pero de cualquier manera seguirán viéndose para cuidar de su hija Lea, que a penas tiene dos añitos y claro que no tiene la culpa de las babosadas de su papá.
El motivo de su “reencuentro”, no es porque Irina ya lo haya perdonado o porque ya todo esté mejor. No. Es porque este Don Cacas tiene que cuidar a Lea, como parte de los acuerdos a los que llegaron al momento de decirse adiós.
No fue un momento tranquilo ni bello, mucho menos tierno. Fue solo tenso y lleno de una incomodidad tan grande que parecía cualquier final del Cruz Azul. Lo único que se pudo ver fue rostros serios, pasaportes y una niña cambiando de lugar.
Después de eso, evidentemente, no hubo ni palabras amables, ni abrazos, ni siquiera una miradita. Lo único fue que ambos regresaron de donde venían y abordaron sus respectivos aviones para decir adiós hasta que tengan que verse de nuevo por la misma razón.
Lea, su hija, fue producto de la relación que tuvieron ambos durante un buen periodo de tiempo. Sin embargo, su separación ocurrió repentinamente (sí, ajá) después de que Cooper grabara A Star Is Born, su primera película como director, junto a Lady Gaga.
Los rumores indicaban que el actor tenía una relación con Gaga, mismos que nunca se confirmaron, pero que sí llevaron al truene entre él y la modelo rusa, que tomó sus chivas y escapó de la casa de su expareja, que invitó a Lady Gaga ese mismo día a ese lugar.
Por otro lado, recientemente la cantante fue vista con otro sujeto, quien se presume es su novio, mientras Bradley llora solo en la bañera de su casa porque se quedó como el perro de las dos tortas por andar jugándole al V Word.