Aislinn Derbez nos dejó a todos con la boca cuadrada y el ojo abierto después de revelar que cuando era parte de la chaviza fue… ¡una chaira y una hippie! Ni más, ni menos.
Así queríamos agarrar a esta fifí hija de uno de los fifís más grandes de este país, que aunque claro que ya no sigue siendo eso, tuvo su momento de creer que iba a cambiar el mundo estudiando artes visuales.
Esto lo hizo mientras tenía 20 añitos y se la pasaba con su amiga Romina, que seguro fue la que la metió al mundo de la depravación chaira, donde uno no cree que se es pobre porque quieres ni que el feminismo es odio a los hombres.
Así fue como ella lo contó:
“Cuando teníamos 20 años fue de las etapas más divertidas, libres y hipsters de nuestras vidas y donde más extravagancias hice, estudiaba artes visuales, escultura, pintura, tenía mi negocio de fotografía, hacía música en pro tools para cortometrajes, tenía un grupo alternativo de rap con Romina, hacíamos performances en las calles, andaba en patineta, entre muchas otras cosas, y lo último que imaginaba es que terminaría siendo actriz”.
Por supuesto, buscaba cambiar al mundo y derrocar al capitalismo viviendo con todos los lujos de pertenecer a una familia rica, pero de cualquier manera le ganó el gen fifí y ahora ya vuelve a tratar a sus trabajadores como si fueran “de la familia” aunque no les de aguinaldo ni contrato.
Seguramente por ahí tiene un libro de poesía y una sesión de fotografía de desnudo para “capturar la belleza del cuerpo al natural” que todavía le recuerda que en algún momento pudo traicionar a su estirpe… aunque no lo hizo.
De cualquier manera, ese es el pasado de Aislinn, quien ahora es una persona diferente y si ella está conforme con lo que es… ¿pues qué más da?