El mundo del modelaje parece estar reservado para la juventud. Esta industria no da chance a que las personas se muestren con algún tipo de fallo, tratando de negar la naturaleza humana del error, pero Yazemeenah Rossi viene a darles un puñetazo en la cara con sus 64 años.
Está a nada de entrar a los 65, pero sigue siendo una modelo con corte, porte y elegancia. Muchísimo, que complementa con su actitud y una sonrisa tan grande y bella como cualquier laguna del mundo.
Su cuerpo sigue estando tonificado y, además, no tiene ningún empacho en mostrar las marcas que la edad ha hecho en él. Por el contrario, prefiere hacerlas parte de su estilo, así como su cabellera blanca, con ya muy pocos todos negros y grisáceos.
Sin embargo, la “juventud” sigue en su mirada y en su rostro, opoinéndose firmemente a que quieran medirla con la tijera malévola y carroñera de los años y el tiempo.
Ningún número, sea de edad, talla, peso o lo que sea, es capaz de parar a Rossi, que ha encontrado una forma completamente digna de vivir su vida, aunque para muchos sea una tía que debe sentarse.
La mera verdad es que podría ser nuestra abuelita, pero se ve mucho que mejor que todos nosotros. Y, por supuesto, se viste mejor que nadie, aprovechando los tonos de sus canas y la figura que ha formado.
Ella asegura que en este momento se siente mucho mejor con su cuerpo y consigo misma que hace 20 años. Y para nosotros eso es todo lo que importa. Si ella se siente bien y luce bien, y es capaz de regalarnos estampas y poses que nos reflejan fuerza y confianza, estamos felices con eso.
Así que deja las excusas y deja de querer decirle a la gent qué hacer, Yazemeenah Rossi te acaba de dar esa lección.
