Los orfanatos de canguros bebé de Australia

Lo que no te mata, te adopta.

Quizá esta información sea irrelevante para la gran mayoría de nosotros, pero siempre es bueno saber: cuando manejen por las carreteras australianas deben estar en constante alerta para no desgraciarse a una mamá canguro (o a cualquier canguro). En el peor de los casos, el atropello de una madre con su cría, no toda esperanza está perdida, pues existen varios orfanatos de canguros en Australia.

Según los datos de la compañía aseguradora AAMI, 82% de los accidentes viales en Australia involucran algún animal. Y no se refieren a una bestia animal detrás del volante, sino a un animal animal. Gran parte de los afectados son canguros. No es de extrañarse si consideran que una de las carreteras principales de Australia, la carretera Stuart, es una recta de norte a sur de 3200 kilómetros de largo.

 

Josephine’s Gallery & Kangaroo Orphanage

A las altas velocidades de una carretera recta no siempre se pueden evitar los desafortunados accidentes. Por eso, Josephine Brennan-Kuss y su esposo Terry se han dado a la tarea de adoptar crías de canguro sobrevivientes. La mayoría de sus madres mueren atropelladas. La pareja recibió al primer huérfano en 2002, pero fue hasta 2008 que inauguraron oficialmente su orfanato, nombrado Josephine’s Gallery & Kangaroo Orphanage.

Josephine Brennan-Kuss con dos canguros huérfanos. Foto: Serena Solomon.

 

Este orfanato es constantemente visitado por numeroso turistas. Además de presenciar cómo se alimentan a los bebés (con una fórmula especial porque los canguros bebé son intolerantes a la lactosa), los visitantes son instruidos en las maniobras de rescate para sacar a un bebé de la marsupia de su madre muerta. Sin embargo, aunque la idea de rescatar bebés canguro de la muerte segura al costado de una carretera parece atractiva y noble, en realidad es bastante violenta. A veces hay que cortar la piel de la madre para poder sacar a la cría, o incluso cercenar el pezón si el bebé está aferrado a él.

Foto: Serena Solomon.

 

¿Cruel y trágico? Sí. ¿Sangriento? Posiblemente. Pero todo vale la pena cuando puedes hacer esto:

 

 

 

Vía The New York Times