Hay hoteles malos como los de paso en los que te refugiabas para… saltarte las clases en la prepa, pero hay unos tan, pero tan desastrosos, que deberían ser demolidos.
En nuestro deambular por el mundo de internet encontramos algunos de los ejemplos más contundentes de hoteles que, más que comodidad, parecen templos de tortura y desesperación.
En este viejo hotelucho de Londres tienes dos opciones: cierras el baño o el clóset. No, no pueden ser las dos, solo una. ¿Cuál eliges?
Alguien destapó la cisterna del retrete cuando notó que “algo” impedía jalar bien de la cadena. Este fue el origen del problema.
En la habitación de este hotel NO dejan fumar, pero tuvieron la amabilidad de colocar un cenicero decorado por la señalética de “NO FUMAR”.
Un canal de la televisión de la habitación se llama “Cámara”. Ahora no sabemos qué pensar.
A este le prometieron una increíble vista de los rincones más auténticos de la ciudad.
La traducción del mensaje en inglés dice algo así:
Bienvenido al Hotel Star, favor de obedecer las leyes chinas durante su estadía. Recuerde no consumir drogas o irse de putas.
Fair enough
Acá de plano les valió madre la comodidad del huésped.
Cuando las ventanas de tu habitación no son ventanas, sino puros monumentos al engaño.
“Sentimos la inconveniencia, pero para ir al segundo piso debe presionar el botón marcado con el número 6”.
¿Qué tanto debe estirar el brazo alguien que cometió “el crimen” de querer usar el inodoro de este hostal para alcanzar el papel higiénico?
Esta habitación es para las parejas que se tienen tanta confianza que no le molesta ver a su media naranja cagar a un lado de la cama.
“Dijeron que el baño tenía ventilación”.
No se puede hacer nada: ni fumar, ni beber, NI COMPARTIR LA CAMA.