La vida está llena de retos y uno de ellos es encontrar el TACO PERFECTO. Es un trabajo difÃcil pero tenemos que hacerlo, asà que hicimos la lista de lo que debe de tener este taquito para ser la cima de la cocina mundial.
Tortilla
La semilla del taco es la tortilla. Sin ella no existe este delicioso y mexicano platillo y por eso debemos ponerle especial atención. ¿Qué debe tener la tortilla perfecta del taco perfecto? MuchÃsimas cosas, porque además no hay un solo tipo de tortilla.
Sea de maÃz o de trigo, la tortilla debe de tener una textura adecuada para aguantar la consistencia del taco. Esto implica también el grosor (esa es la razón por la que muchas veces nos dan doble tortilla), que debe ser adecuado a lo que tenga dentro y, además, qué tanto esté cocinada.
El sabor de una PERFECTA tortilla taquera debe estar enfocado en resaltar el sabor de la carne sin quitarle protagonismo. Solo debe buscar ser la perfecta acompañante y su armadura ideal.
Carne
Hay tacos de todo tipo y, sabemos, hay unos que ni carne utilizan; pero el taco perfecto debe de tener carne. ¿Por qué? Pues porque sÃ. En honor a la tradición culinaria que desprende de la cocina mexicana y del taco en sÃ, uno con carnita serÃa el perfecto. ¿De cuál? Eso será lo de menos, en tanto que esté bien hecha.
Lo que encontramos en la mayorÃa de las taquerÃas es carne dura, cocida hasta su punto máximo entre la hervida y, además, la asada al comal o el sartén donde terminan de servirse. Esto, aunque común, no serÃa para nada el taco perfecto.
Si pensamos en las mejores carnes de suadero, pastor, tripa, arrachera, asada, bistec y demás, lo que necesitan es sabor. Este vendrá de la forma en que se preparen, pensando en que van a pasar por dos procesos donde lo agarrarán: la precocción y la cocinada mamalona que le da el último toque en el disco o el comalito.
Dicho esto, la próxima vez que te den un taco con carne dura y chiclosa como llanta de tractor, date cuenta de que mereces algo mejor.
Salsa
Ningún taco necesita salsa, pero el taco no serÃa el manjar que es sin una buena salsa. ¿Qué hace a una salsa perfecta? El equilibrio, din lugar a dudas.
Ya sea verde, roja, tatemada, asada, toreada, al molcajete, de la que sà pica o de la que no, su importancia será en cómo sabrá bañar al taquito. Si está muy ácida terminará comiéndose el acompañamiento de la tortillita; si está muy aguada romperá todo el taco; si está muy picosa… pues encomiéndate a los dioses a la salida.
La salsa del taco perfecto estará en armonÃa con la carne y la tortilla. Tendrá la consistencia adecuada para la paciencia de cada bocado y el sabor necesario para decir: “Azopotamadre, pica bien chido”.
Grasa
Que nadie te mienta: la grasa es chida. Sin esta, la carne en nuestros taquitos no tendrÃa sabor. Tampoco se trata de que esté repleto de grumos blancos en cada esquina, porque eso ni sabe chido ni está bien.
La grasa tendrá que estar también equilibrada. Una generosa cantidad de grasa en nuestra carne le dará un sabor chidÃsimo a nuestro taquito perfecto; un poco de grasa en el comal le dará ese agregado a nuestras tortillas y asà entraremos a la tierra prometida.
Muy poca grasa hace a los tacos insÃpidos y secos, además de que es todavÃa más fácil que la carne se cocine de más; por otro lado, demasiada grasa no dejará lucir los sabores y, además, va a hacer que nuestras manos acaben como mecánico de vulcanizadora.
Presentación
Pareciera que no, pero sà es importante. Una buena presentación termina por darle el toque perfecto a un taco. Una buena cantidad de carne, para que no parezca empanada, pero solo la suficiente para no tener que andar recogiendo pedazos huérfanos después en el plato.
Y no solo eso, también el acomodo de los tacos en el plato es importante para que con el paso de los minutos no pierdan ni su calorcito ni sus deliciosos jugos.
Todo eso, adornado con unas cuantas yerbas de cilantro y un poco de cebolla le ponen la corona a cada uno de estos reyes de la cocina.
Asà es como encontraremos El Taco Perfecto. Cada que comas uno, piensa si tiene todo esto. Si lo cumple, escrÃbenos, porque aún no lo encontramos.