¿Emiliano Zapata tuvo una relación homosexual con el yerno de Porfirio Díaz?

Realidad o despecho, mito o resentimiento, lo cierto es que la figura de Zapata ha generado muchas controversias...

Hoy 10 de abril se cumplen 100 años de la muerte de Emiliano Zapata.

Nacido un 8 de agosto en Anenecuilco, Morelos, hijo de padres campesinos, Zapata es una de los grandes personajes de la historia de México.

Figura de la Revolución Mexicana, Emiliano Zapata tuvo, como todos los mitos de la historia mexicana, detractores y partidarios.

Muchos lo señalan como un bandolero y otros como un gran héroe. Pero si algo intriga sobre su vida, es su posible bisexualidad, al menos durante el tiempo que convivió con José Ignacio Mariano Santiago Joaquín Francisco de la Torre y Mier, yerno de Porfirio Díaz, cosa que refutan tajantemente sus defensores.

La recreación del mito sobre la bisexualidad de Emiliano Zapata, rechazada en su biografía oficial, cobra vida en la novela Zapata, de Pedro Ángel Palou (2006), donde además de su relación con Ignacio de la Torre, se formulan otras insinuaciones basadas en habladurías de dudoso fundamento, como el caso de uno de los hombres de confianza de Zapata, el inseparable Manuel Palafox, conocido como “el Ave Negra”.

Fue en 1906, en el corral de la hacienda de San Carlos Borromeo, Ignacio de la Torre conoció a Emiliano Zapata. La personalidad de Emiliano, amén de ese enorme bigote que le hacía tan varonil, cautivaron inmediatamente al terrateniente, quien obviamente no se separó de él en todo el tiempo que estuvo en la hacienda.

Zapata era un gran conocedor de caballos, por lo que, con el pretexto de ponerle a trabajar como caballerizo mayor o caballerango, se lo llevó a su casona de la Plaza de la Reforma, en el centro de la capital. Allí pasaron los dos hombres, seis meses juntos bajo el mismo techo.

Aunque no hay pruebas de que mantuvieran relación afectiva, ni sexual, está claro que Zapata conocía los gustos de su patrón antes de aceptar aquel trabajo que lo liberaba de ser reclutado para la milicia.

Por otro lado están las declaraciones de Zapata en contra de los afeminados, las muchas mujeres con las que estuvo y su obsesión por masculinizar su aspecto con ese gran bigote que le hizo proverbial.

También era sabido por todos las continuas alusiones que Zapata hacía contra los afeminados y cómo se esforzaba por parecer más “macho” de lo necesario a los ojos de los demás.

La única fuente que existe para dilucidar este asunto es el diario personal de Amada Díaz*, la ignorada y despechada esposa de Ignacio, quien anotó en una ocasión cómo su esposo y Zapata se revolcaban en el establo.

Realidad o despecho, mito o resentimiento, lo cierto es que la figura de Zapata ha generado muchas controversias, desde quienes lo convierten en sanguinario atroz, hasta los que lo colocan como un santo, el salvador de la Patria.

Hay otros mitos sobre Zapata que el escritor, investigador y doctor en Humanidades, Juan Miguel Zunzunegui, pone al descubierto en su libro Los mitos que nos dieron trauma.

En él, Zunzunegui nos muestra que Zapata jamás dijo LA TIERRA ES DE QUIEN LA TRABAJA, pues él quería tierras para los pueblos que demostraran títulos de propiedad comunal.

También muestra que el autor intelectual del zapatismo y el Plan de Ayala, fue Otilio Montaño, asesinado por Zapata cuando se distanció de sus ideas.

Como dato curioso, Ignacio de la Torre fue hermano de Susana Mariana Estefanía Francisca de Paula del Corazón de Jesús de la Torre y Mier, bisabuela de Alberto II, príncipe reinante de Mónaco.

Vía: México Extraordinario

*Ricardo Orozco, El álbum de Amada Díaz, México, Planeta, 2003.