Muchos dirán que es el mismísimo Lucifer, o por lo menos un engendro infernal creado en misa negra para aterrar a las mentes y los corazones más sensibles (por no decir pusilánimes), pero no, la Pseudocerastes urarachnoides, o víbora de cola de araña, existe porque la evolución así lo quiso (es un decir, la evolución no quiere nada, ni puede querer… ni que fuera una persona), y nosotros creemos que es muy guapa (aunque tenga la colita toda arañosa).
Esta especie de serpientes cornadas “falsas” (se le conoce así porque tienen estructuras en su cabeza que parecen cuernos, pero se deben contrastar con otra especie de víboras cornadas “reales”) fue descubierta apenas en 2006 y es endémica del oeste de Irán. Inmediatamente llamó la atención por su guapo rostro de serpiente… y por la punta de su cola, que posé una suerte de bulbo rodeado de unas escamas alargadas y delgadas que asemejan una araña… No sorprende que la hayan apodado víbora de cola de araña.
El rabito bonito de esta víbora le sirve para atraer a su alimento, principalmente aves ilusas que creyeron hacerse de una jugosa araña para el almuerzo. Mis vidas, pero así es el juego de tronos, digo, la ley de la Naturaleza; o comes, o mueres.
Dado que son endémicas de sólo una pequeña región, estos bichitos carita de ángel tienen que ser protegidos. El mundo sin víboras de cola de araña no sería el mismo.