¡Los besos a distancia ya son una realidad con el Kissinger!

Como todos saben, la tecnología ha crecido a pasos agigantados en estos tiempos y se puede ver su influencia en la medicina, el transporte, las comunicaciones y ahora en los...
Los besos a distancia ya son una realidad con el Kissinger

Como todos saben, la tecnología ha crecido a pasos agigantados en estos tiempos y se puede ver su influencia en la medicina, el transporte, las comunicaciones y ahora en los besos.

Ahora, gracias a algún inventor que extrañaba los ósculos de su amor, existe el Kissinger (abreviatura de Kiss y Messenger), un aparatejo que permite que dos personas se transmitan besos entre sí cuando están separados por múltiples razones.

Se trata de una especie de funda que se añade al móvil como si fuera un altavoz. En la parte delantera sobresale un tipo de almohadilla que es hipersensible al tacto. Cuando le das un sabroso beso, es como si besaras a tu amor.

El dispositivo registra los movimientos de los labios (posición, presión y duración) y envía las instrucciones del beso por Internet para que se reproduzca el mismo movimiento en el receptor que tiene el destinatario del beso (menos el de lengüita).

Este gadget “besucón” es creación de Emma Yann Zhang y Adrian David Cheok, y fue presentado el año pasado una conferencia llamada “Amor y sexo con Robots”, en la Universidad de Londres.

Según Yann, el Kissenger emplea una serie de sensores de alta precisión que están instalados debajo de un molde que emula ser unos labios artificiales.

“Cuando era niño tenía a mis abuelos a una cuadra de mi casa, pero no todos corren con la misma suerte y eso me motivó a pensar en un dispositivo para conectar a las familias”, expresó Cheok.

Pero antes de que te lanzes por tu aparato reproductor de besos, lamentamos decirte que por el momento el prototipo sólo es compatible con el teléfono de la compañía de la manzanita y que puede utilizarse con aplicaciones como FaceTime y Skype.

La transmisión de los besos se manda en tiempo real, así que el otro usuario sentirá al momento la dulce caricia que le envías o bien te dejará sentir toda la pasión que esta personita especial te provoca.

Aunque esto de andar enviando besos a larga distancia no es algo nuevo, ya que el primero que investigó sobre este tema fue el Dr. Hooman Samani, quien creó un dispositivo similar en el 2012.

Este dispositivo tenía forma de cerdito o conejo y contaba con unos labios artificiales hipersensibles al tacto. Aunque era un tanto arcaico y también un tanto impráctico, tuvo una gran aceptación en la comunidad asiática.

Así que si extrañas a tu amor que se encuentra hasta casa de la fregada, no te desesperes y ve ahorrando una lanita para comprarte tu Kissinger, el cual cuesta unos 100 dólares, y así poder darle su besito de las buenas a tu amor cuando se encuentre lejos.

Vía: BBC