¡Ah la almendra!, ese fruto seco menos popular que la nuez, pero más caro… ¡Qué se cree?
Aunque no lo creas, las almendras tienen todo el derecho a sentirse las muy muy, y no porque sean la tÃpica botana de viejitos ricachones o jóvenes pretenciosos., sino por su alto valor nutricional. Además sà son bien ricas, y si opinas lo contrario ¿qué haces leyendo esta nota? ¡Sáquese! ¡A echar odio a otro lado!
Las almendras tienen muchÃsima proteÃna, además de altas cantidades de otros nutrientes vitales, como la vitamina B2, magnesio o potasio. También tienen una alta carga de grasas monoinsaturadas, o sea, las mejores grasas para tu corazoncito. Si eres de los que se espantan del alto contenido calórico de los alimentos, ¡también sácate de aquÃ! Mejor harÃas lamiendo musgo de rocas que leyendo notas sobre cocina.
Las almendras, por si solas, son excelentes colaciones para cargar contigo en tu dÃa a dÃa. No se pudren, no manchan, y te dan un impulso de energÃa. Sin embargo, si quieres iniciar tu sendero de la almendra con más pompa, estás recetas básicas son para ti:
Primero lo primero: cómo pelarlas
SÃ, la cáscara de la almendra contiene una sustancia que puede liberar cianuro. No, comer una, dos o 20 almendras no te va a matar. PERO, si tienes la intención de integrarlas como un pilar de tu dieta, es recomendable no atascarte de su cáscara. Y recuerda, ante la duda, no te tragues nada que te sepa muy mal.
Leche de Almendras
¿Te acuerdas que mencionamos que la almendra es rica en proteÃna y grasa? No gratuitamente la leche de almendra es uno de los mejores sustitutos de la leche de vaca. Es tan sencilla hacerla caseramente que no hay excusa para no tomarla fresca y natural. Sólo no te espantes por tener que agitarla cada que la vayas a servir.
Queso de almendras
No seas flojo, no desperdicies y aprovecha lo que te sobró de tu leche de almendras. Esta es sólo una receta de tantÃsimas, asà que no te detengas hasta encontrar tu queso perfecto.
Almendras garapiñadas
Quizá llegaste aquà buscando recetas saludables y balanceadas. Y es por eso que tenemos que presentarles esta receta: no hay vida digna (saludable y balanceada) sin lo garapiñado. Tampoco hay muerte digna sin lo garapiñado. Habla con tu familia y amigos para que te garapiñen cuando mueras.
¡Provecho!