2 senadores mexicanos quieren que la SEGOB regule los videojuegos (actualizada)

¡Videojuegos para unos! ¡Salarios millonarios con el erario público para otros!
ESRB clasifica los videojuegos en Estados Unidos

Dos senadores mexicanos propusieron una iniciativa para tener nuestro propio organismo de clasificación de los videojuegos, una ESRB mexicana. Muy bien. Sin embargo, una senadora es del Partido Revolucionario Institucional y el otro del Partido Verde. Mhh, ya no está tan bien.

 

La senadora Cristina Díaz Salazar (PRI) y el senador Carlos Alberto Puente Salas (PVEM) quieren modificar la Ley general de los derechos de niñas, niños y adolescentes para protegerlos de los videojuegos.

 

Uff, menos mal que nosotros somos adultos y no se van a meter con nuestro consumo, ¿o sí?

Los senadores aseguran que “muchos de estos juegos tienen contenidos violentos, que en ocasiones se combinan con situaciones de discriminación sexual y racial, tortura o xenofobia, por mencionar algunos.”. ¡Y pero por su puesto que tienen toda la razón!, aunque agregan: “Incluso, algunos videojuegos llegana [sic] presentar ala [sic] violencia como algo actual, real e incluso “atractivo”.”. Mhhhhhh, sí, porque la violencia solo existe en la ficción. Quizá estos políticos viven en el mismo mundo de caramelo de EPN.

 

Para salvaguardar la moral y la salud pública, además de evitar la apología del delito o la incitación al racismo o la discriminación, la SEGOB deberá regular la industria del videojuego y establecer los criterios para su clasificación. Dicha clasificación deberá ser visible tanto en las portadas como en la publicidad del producto. Obviamente habría multas para aquellos distribuidores y comercializadores que no cumplan con estos lineamientos.

 

¿La vida como el arte, o el arte como la vida?

Como expresiones artísticas o como medios, los videojuegos tienen una carga semántica y política innegable; tienen mensajes, dicen cosas, y no siempre son cosas buenas (consciente o inconscientemente). Sin embargo, es ingenuo afirmar que el origen de la misoginia o la xenofobia (o cualquier otra forma de violencia sistematizada) está en los medios y los productos culturales, cuando estos realmente suelen ser un reflejo de nuestras propias estructuras conceptuales.

 

Los adultos, en teoría, tenemos perfectamente claro el pacto de ficción que hacemos ante obras de ficción (¡duh!). Pero los niños pequeños no siempre son tan listillos como para posicionarse críticamente frente a lo que ven o escuchan. Aunque nos duela en la punta de nuestra no existente alma aceptar que tiene sentido darle herramientas a los padres para que ellos y sus hijos tengan un consumo responsable y gozoso de los videojuegos, tenemos que hacerlo: tiene sentido. Lo que sí se nos hace un poco necio es desperdiciar organismos ya existentes y efectivos –como la ESRB– y volver a hacer el trabajo de clasificación con nuestros recursos. Eso y ¡pinches políticos mexicanos!

 

Actualización:

El jueves 27 en la noche, el Pleno del Senado de la República aprobó la iniciativa con 84 votos a favor y sólo una abstención. Además de las clasificaciones, la nueva ley podría obligar a las distribuidoras a doblar o subtitular los videojuegos al español.

 

¿Cuáles serán las consecuencias de esta ley? ¿Subirán de precio los videojuegos? ¿Se atrasarán sus lanzamientos en el país? ¿Será la industria (y los consumidores) víctimas de censura?

 

 

 

Vía Proceso, senado.gob