Después de un día de sesiones en el Senado de la República, donde la cuarta transformación llegó antes, todo terminó pareciendo otra película más de Jurassic Park. La austeridad duró poco, porque hoy mismo estos autorizaron el regreso de las edecanes y las botanitas, cosas que el viejo dijo que desaparecerían.
Ayer todos nos dimos cuenta de que la transformación nomás era el nombre, como en Cómo Matar un Ruiseñor, donde nunca te enseñan a matar a un ruiseñor.
Después de la licencia otorgada a Manuel Velasco pensamos que todo era un mal sueño, o que era una decisión extraña tomada por un bien mayor que todos desconocemos, pero ahora también regresaron gastos que dijeron que iba a desaparecer porque no sirven.
Estamos hablando de las edecanes y las galletitas. Que no son edecanes, precisamente, sino un servicio de mesería y tampoco son galletas, sino alimentos caritsitsisímos que son exactamente lo mismo que un surtido rico, pero cargado al erario público por 10 veces el precio comercial de productos similares.
¿Por qué pasó esto? Pues porque parece que los senadores no están acostumbrados a ir por sus propias cosas. La sesión del día de ayer tuvo pasillos llenos, porque estos constantemente tenían que dejar su lugar para ir por sus semillas, sus cuernitos y sus chapatas.
Por eso mismo se requieren a las edecanes, para que les lleven todo eso y puedan atender a los mexicanos como se debe.
Así que… bueno, ahora ya no tienen pretexto para no trabajar, pero la austeridad de la que se estuvo hablando durante la campaña pues…
Esperemos que el recorte se realice cuando el viejito entre en funciones el primer día de diciembre.
