Bohemian Rhapsody es todo menos una película arriesgada y novedosa sobre la vida de Freddie Mercury y Queen. Aunque ha sido recibida con gran éxito, la verdad es que la vida de Mercury sigue siendo vista lejos de lo que fue en realidad, como su romance con Jim Hutton, siempre invisibilizado.
Aunque para la película el impulso heterosexual residía fuertemente en Mercury, la mera verdad es que para él eso era totalmente indiferente.
Por el contrario, Jim Hutton fue su gran amor hasta el final. Realmente hasta el final.
Además, contaron mal la historia. Falsamente pusieron a Jim como un mesero, pero en realidad él fue un estilista y su relación tuvo que esperar muchas veces.
Estos dos se dieron una oportunidad hasta la tercera vez que Freddie se acercó a él, demostrando que para el cantante no había nadie más importante.
Estos dos tuvieron un amor puro, sincero y duradero. Fue compañero de la banda a partir de que empezaron su relación y, además, fue su última pareja, la única persona que no lo abandonó.
Según la gente cercana a ambos, cuando Freddie fue diagnosticado con SIDA, este trató de alejar a Hutton de su vida, pero este se negó.
Cuentan que le aseguró que él estaba ahí, que siempre estaría y que no se iría a ningún lado.
Y así fue. La vida de Mercury y Jim juntos fue tan buena, divertida y amorosa, como triste, trágica y dolorosa.
Pero esa es la muestra más grande de que el amor de Mercury no tenía ni género, ni tiempo ni nada.
Era Hutton y ya. No tenía matices, no tenía frenos. Era libre y eso era todo para ambos.
Cada foto que vemos de ambos juntos hay sonrisas e intimidad.
Algo que es complejo encontrar en alguien como Mercury, que siempre parecía el inmutable cantante y la extraordinaria estrella de la música.
Pero así fue. Una vida tranquila, sin reflectores, como la de cada persona que puede estar enamorada en el mundo.
Bohemian Rhapsody intentó mostrar a un Mercury más cercano, pero sin éxito.
Tuvo miedo a mostrarlo como realmente era. Como realmente lo recuerdan quienes lo conocieron.
Trataron de hacerlo un personaje ficticio del mismo personaje que él construyó, pero que desaparecía debajo del escenario.
Hubo muchos Freddie’s, pero solo se atrevieron a mostrar a uno. El más complaciente y el que más ama la gente, pero no el más real.
Ojalá podamos recordar con más justicia su vida.
Pero la que él quería vivir, no la que quieren hacernos creer.