Definitivamente las caricaturas que vimos de niños nos marcaron mucho. Sin embargo, es ley de vida que no hay mejor tiempo que el pasado y aquellos que digan que decimos eso desde el lente de la nostalgia son unos ardidos. ¿Ardidos de qué? De que a los jóvenes adultos actuales nos tocaron mejores caricaturas. Pero aún más importante, también somos mejores personas porque tuvimos mejor televisión. Porque así funciona el mundo, ¿no?, ¿no?
¿Cómo podría la nueva generación crear carácter sin las aventuras de Remi? ¿O aprender el valor de la vida sin las múltiples resucitaciones en Dragon Ball o los Caballero del Zodiaco? ¿Cómo aprenderían que el mundo del género y la sexualidad es un confuso horror sin Ranma 1/2? ¿Qué sería de nuestra capacidad de amar y victimizarnos por todo si no hubiéramos tenido a Candy Candy?
Sin embargo, no todo está perdido. Porque actualmente de hecho hay varias caricaturas que nos enorgullece que existan. ¿Por qué? Porque además de que están bien fregonas y nos gustan, creemos que los niños que crecen con ellas tendrán una buena oportunidad de ser una gran generación.
¿Por qué insistir en la idea de que la televisión nos forma?
Para empezar, seamos sinceros: la televisión literal nos educó. Pero así bien literal. ¿Cuántas horas no habremos pasado frente a la pantalla? Quedos y sin molestar. Ah… el paraíso para un padre.
Durante esas horas viendo televisión, consciente o inconscientemente absorbimos muchos mensajes, muchas moralejas, muchas ideas. Conocimos gran variedad de personajes que amamos, que nos hicieron sentir identificados o de plano nos hicieron enojar tanto que juramos jamás convertirnos en ellos. La caricaturas tenían protagonistas y líderes que podían inspirarnos, y en virtud de sus cualidades morales siempre queríamos “ser” ese personaje cuando jugábamos. O quizá solo queríamos el foco de atención del protagonista sobre nosotros porque narcisistas.
Nuevos modelos bien
Sea como sea, ¿se imaginan algo más hermoso que una pequeña criaturita diciendo que le gustaría ser como Finn el humano? ¿O queriendo emular el código de ética del héroe? ¿Tomándose en serio el pacto altruista de Finn de ayudar a todos los que lo necesiten?
https://youtu.be/b4sgMrCg-CE?t=1m15s
Pero más allá de las lecciones morales, caricaturas como Hora de Aventura, no insultan la inteligencia de su público, incluso la fomentan. Quizá al principio parecía solo una animación eriza con una narrativa errática e inconexa, pero desde el principio ya estaban puestas las piezas para entender este basto y complejo mundo post-apocalíptico. Y pues los rompecabezas son cosa de gente lista y ociosa.
Más minorías para las mayorías
El sutil subtexto LGBT de la relación entre Marceline, la Reina Vampiro, y la Dulce Princesa solo se reforzó cuando Steven Universe trajo, con toda naturalidad, temas queer sobre la mesa. ¿Una familia con 3 madres, de las cuales una de ellas de hecho son la encarnación de una relación lésbica? Sí, casual. Esto usualmente le es indiferente a la gran mayoría (literal), pero la visibilidad es importante. Aún más importante es que los niños puedan sentirse identificados con alguien, sobre todo cuando esas emociones o ideas rompen con la norma.
Por cierto: sí, estamos al tanto de que las Gemas no son seres humanos y carecen de sexo. Por lo tanto Zafiro y Rubí no son una pareja lesbiana, porque ni siquiera son mujeres. Pero lo importante es la representación: tanto en su diseño femenino, como en el género gramatical, también femenino, que usan.
Además la música de Hora de Aventura y Steven Universe es estúpidamente buena. Rebecca Sugar, por favor nunca nos dejes. En serio, nunca dejes de escribir canciones.
El futuro es absurdo y eso es bueno
Sin necesariamente perder sus brillantes colores o su humor irreverente, muchas caricaturas se están volviendo muy inteligentes, y consecuentemente obligan a sus espectadores a consumirlas con un ojo más crítico y analítico. Cuando se presenta una situación absurda, los niños se ven obligados a leer ese evento en varios niveles. Por un lado está el nivel literal: “esto pasó así aunque no tenga sentido”, pero su efectividad y humor depende de que se pueda leer el otro nivel: el lógico y verosímil. El absurdo es efectivo cuando se contrapone la expectativa de cómo funciona -o debería funcionar- el mundo con la situación absurda en sí. En otras palabras, para entender el absurdo, tienes que pensar con lógica y causalidad, herramientas ligeramente vitales para salir bien librados en la vida. Además también te enseñan a leer entre líneas, buena habilidad si te gusta pasarte de listillo.
Gravity Falls, Regular Show, El increíble mundo de Gumball, Las maravillosas desventuras de Flapjack son algunas que nos vienen a la mente cuando pensamos en un genial uso del absurdo (para nuestro cínico gusto, el mejor humor).
En fin, buenos personajes, buena música, buena narración, buen humor y buena animación, ¿qué más querrían de las caricaturas?