Nada grita ¡Navidad! como unos bellos y choteados villancicos. Sin embargo, si por alguna razón (como la realización de la inminente pérdida de todo lo que eres y tienes) tu espíritu navideño no está en su mejor momento, quizá estés un poco fastidiado de la época y de las mismas melodías de siempre.
Así que para ahorrarte un continuo berrinche marca grinch, te tenemos una sorpresa para poder disfrutar de esta época de paz, amor y capitalismo como el Niñito Dios manda: con música en el aire.
El siguiente video es una versión de “Rodolfo el Reno“, pero cantada como si fuera un canto gregoriano del siglo IX.
Los cantos gregorianos fueron cánticos litúrgicos que solo podían cantar hombres (porque misoginia cristiana), monódicos (tienen una sola línea melódica) y a capella (sin acompañamiento).
Para preservar mejor estos cantos (y no depender tanto de la transmisión oral) empezaron a evolucionar los sistemas de escritura (europeos) de la música. Antes, los pentagramas no eran pentagramas, pues no tenían 5 líneas, sino tres (y luego cuatro), y las notas no eran redondas, ni palitos, no tenían duración y se llamaban neumas.
La posición de las neumas en las líneas sugerían al interprete la altura del sonido que tenía que cantar y el ritmo de cada sonido se definía según el texto que se estuviera cantando.