Se dice que el actuar de los hijos es reflejo del de los padres y puede que estos ejemplos de generosidad que mostraremos a continuación, sean muestra fehaciente de que ese principio es, en algunos casos, cierto.
Para definir si uno está siendo buen padre no hay escala ni evaluaciones y la única manera de saberlo es analizar la conducta de nuestros hijos. Si estos no hacen travesuras o son aplicados en la escuela, nos consideramos buenos padres, pero ¿qué tal si hacen algo que va más allá de eso?
Estos pequeños son ejemplo de que ir bien en el ámbito académico o guardar “los domingos” para aprender a ahorrar no es lo único que nos da una idea de lo buenos que somos como padres.
En cada ejemplo se ve cómo estas niñas y niños olvidaron por un segundo su bienestar y se dedicaron a ayudar a otros, sin importar si recibirían algo a cambio.
Este usuario del foro Reddit nos cuenta que su hijo ahorró $120 dólares para comprar los ingredientes que usaría para prepararle comida a los indigentes.
Esta niña vendió todos sus animales de felpa para ayudar a que ‘los animales de verdad’ de un refugio pudieran vivir en mejores condiciones.
Esta pequeña decidió aprovechar sus vacaciones para construirle refugios a los indigentes. Además, usó sus conocimientos en agricultura para cultivar comida para ellos. Ella solo tiene 9 años.
Antes de salir a trabajar, la hija de 13 años de este usuario de Twitter le deja un emparedado en la mesa para que nunca se quede con hambre en la oficina.
Ariana, de 3 años de edad, decidió donar parte de su cabello para que los niños enfermos de cáncer puedan hacerse una peluca.
Al enterarse que su perrito estaba enfermo, esta pequeña lo abrazó y le dijo que todo estaría bien. Que las inyecciones dolían un rato, pero que servían para curarla. También le prometió que la llevaría a la juguetería si se portaba valiente.
Esta gatita tiene artritis y cuando la hija de este internauta se enteró, decidió mimarla contándole un cuento.
Este niño soportó dos años de bullying por su pelo largo, pero cuando lo tuvo con la longitud deseada, lo cortó para donarlo a los niños con cáncer.
Preocupado por el bienestar de los animales callejeros, este pequeño decidió montar un refugio para ellos en el garage de su casa. Les compra comida, los cuida y los deja pasar la noche.
Un gato callejero entró a la casa de una familia, cuando la más pequeña se enteró de que no tenía hogar, lo dejó dormir en su habitación varias noches. Un día su madre le pregunta porqué tapaba al animal con cobijas y lo acompañaba con muñecos de peluche y ella le contesta que era para que el gato supiera que ese era su nuevo hogar y que tenía que sentirse feliz ahí.
¿Cuántas de estas cosas hacen tus hijos?