La mayoría de nosotros, en algún punto de nuestras vidas, ha tomado de más y sufrido las consecuencias.
Para algunos, pasarse de copas es el inicio de una noche increíble, pero para otros es una gran laguna mental de la que no se sale sino hasta bien entrada la tarde del día siguiente.
Esta nota es para el segundo grupo, aquél que empieza con una noche loca de copas y acaba en algún basurero, en casa de alguien más o detenido por la Policía y no recuerda porqué.
Dinos si has estado en alguna de estas bochornosas situaciones de beodos.
Cuando descubres al otro día de la fiesta que tu corazón quiso fijar la alarma pero tu cerebro no recordó dónde hacerlo.
Cuando en tu borrachera enviaste un mensaje a alguien y más tarde estuviste tan mal que no te diste cuenta que ya estabas teniendo conversaciones contigo mismo.
Cuando intentas prepararte un burrito estando ebrio y no lo lograste. Lo que siguió fueron varios minutos contemplando tu propio fracaso.
Cuando después de la fiesta decides adoptar a un gatito callejero y al otro día no recuerdas cuándo lo hiciste, pero lo conservas de todas maneras.
Parece que la adopción de gatos durante la fiesta es algo común.
¿Alguna vez has estado tan mal que la Policía te ha tenido que regresar a tu casa, meterte a la cama y taparte solo para descubrir al día siguiente que se tomó una selfie con tu celular?
Tal vez no en México, pero sí en otros países.
Hay borrachos a los que les sale lo “ingenieros” y se ponen a construir innovaciones nunca antes pensadas.
Después de una noche de tragos, a algunos les entran las ganas de photoshoppear las fotos de sus amigos de formas extrañas.
¿Alguna vez has estado tan mal que olvidas que un chocolate no es tu celular…
… O que tal vez has olvidado cómo cargar la batería del tuyo?
¿Cuál de estas cosas has hecho estando “pasadito de copas”.
Recuerda: si bebes no manejes, vato.
