Perder a un hijo es uno de los dolores más grandes de esta vida y este dolor fue por el que atravesó Bill Conner, un padre de familia que perdió a su hija Abigail Mae Conner, de 21 años, cuando ésta vacacionaba en Cancún, México.
Ella y su hermano fueron encontrados inconscientes en una alberca y aunque se les prestó auxilio oportunamente, Abigail lamentablemente falleció.
A pesar del dolor que lo embargaba, Bill decidió donar el corazón de su hija a un joven afroamericano, para que de alguna manera Abigail siguiera viviendo.
Un día después de la graduación de su hijo Austin, Bill tomó su bicicleta y decidió recorrer 3,200 kilómetros, de Madison, Wisconsin, hasta Ventress, en Louisiana, para ir a visitar a Jack Lamouth, el joven de 21 años que recibió el corazón de su hija.
Cuando pudo tener contacto con él, ambos hombres se fundieron en un gran abrazo, como si se conocieran de toda la vida.
De lo más enternecedor que conocemos de esta historia, es que Bill pudo escuchar latir el corazón de su pequeña en el cuerpo de Jack, justo en el Día del Padre, que se celebra el tercer domingo de cada junio, con lo que irremediablemente se soltó a llorar al recordarla.
“Jack está sano y Abbey está dentro de él de manera que está viva y yo estoy ahí pasando el Día de los Padres con mi hija, así que hubo dos padres que pudieron disfrutar de esta fiesta”, expresó Bill a Good Morning Britain.
Ya que Abigail era donante, cuatro hombres más consiguieron sobrevivir gracias a ella.
Ahora, la intención de Bill es recorrer entre 60 y 65 millas por día para promover la importancia de ser un donante de órganos.
“Ayudar a la gente y asistirlos en un momento de necesidad, saber que su hijo, cónyuge, familia o sus amigos debido a su generosidad han permitido a otra persona vivir, será un momento reconfortante en medio de su tragedia”, manifestó Conner.
Sin duda, un recorrido lleno del más puro amor.