Para muchos, esa desolación y abandono que genera el mundo se sustituye con una simple consola de videojuegos, pero no todos lo entienden, como este sujeto, padre nada ejemplar, que obligó a su pequeño a romper su maquinita esa solo porque reprobó algunas materias.
Y para rematar todo, él mismo lo subió todo a YouTube, para mostrarle al mundo la clase de horrendo padre que es, destruyendo algo que hace feliz a su hijo y, además, exhibirlo frente a todos como si fuera un chiste bien divertido o algo así.
El sujeto en cuestión se llama Tre Cosby (nada bueno puede salir de ese apellido, al parecer) y es un comediante estadounidense que conoce su mamá y dos de sus primos. Este castigo “ejemplar” quedó todo grabado aquí:
Como vemos, su hijo se ve triste en todo momento, sobre todo cuando tiene que asesinar brutalmente a su querida y amada consola, una PlayStation 4 que, seguramente, le dio muy buenos y gratos momentos de felicidad que ahora se han terminado.
También explica que esto ya se lo había dicho y quedó advertido que si reprobaba iba a haber tabla… para su consola, no para él. Sin embargo, el chamaco no atendió las atentas y amenazantes recomendaciones que le hizo su padre y todo terminó siendo un horror terrible.
Desgraciadamente podemos ver exactamente el momento en que es forzado a aniquilar a su amiga, a su compañera y constante apoyo. Ver cómo, brutalmente, tiene que golpearla y reducirla a pedazos.
Esto, por supuesto, es algo que no debemos celebrar ni reconocer como un logro de buena paternidad, porque no lo es para nada. Claro que el chamaco este requería de un correctivo por haber reprobado y fallar con sus responsabildiades en la escuela.
Pero claro que, para nada, la respuesta era traumatizarlo y exhibirlo a través de redes sociales con un video en el que se ve cómo sufre en cada momento.
Ya lo único que nos queda es esperar que la siguiente ocasión le vaya mejor en la escuela y pueda recuperar su vieja consola de videojuegos y cabalgar felizmente hacia el atardecer, viendo cómo desde lejos su papá se queda bien tuerto de no poder hacer nada.