En la necesidad siempre luce la creatividad y cuando se es madre todavía más. Para muestras tenemos muchas, como esas que ves o veías antes de irte a la escuela y tenías ropa, lunch y desayuno listo sin que supieras cómo, pero esta mamá le ganó al destino.
Como no había con quién dejar a su hija, tuvo que optar por llevarla a la chamba, pero por supuesto que eso es peligroso en muchos sentidos, porque no puede detener ninguna de las dos cosas que hace (ser madre y ser trabajadora) porque el mundo la verías con los ojos que no se merece.
Pero se las ingenió para ganarle al cruel destino dibujado sobre sus hombros con algo muy simple: un sensor de mercancía. Así es, exactamente esos que no te permiten ser un ladrón solo porque tienes curiosidad y que chillan a penas pasas por la entrada.
De esta forma ya sería más fácil vigilar si la chamacona que anda jugando libremente por la tienda sale o da si quiera un paso fuera de la tienda y todos ganamos. Ella puede hacer su trabajo de una forma un poco más tranquila y su hija estará más a salvo.
La historia tuvo un final feliz, porque su otro hijo, que tampoco pudo cuidar a su hermanita, compartió esta proeza en Facebook y el mundo ya se está enterando de esta ingeniera de la vida.
Ahora solo esperamos que nunca más tenga que volver a pasar algo así, y que siempre haya quién cuide a su hija cuando ella trabaja, porque su ingenio es grande y grandioso, casi tanto como ella, pero de cualquier manera es algo que no tenía que haber sucedido, o al menos no así.