Leticia quiso invocar a Satanás desde su domicilio ubicado en el municipio mexiquense de Chimalhuacán a través de un ritual arcano.
Parte de la ceremonia requería el sacrificio de su bebé de ocho meses de edad, a quien mató para completarlo y así lograr sus propósitos.
Según las primeras indagatorias fue ella misma, su madre, la que lo habría privado de la vida como parte del ritual. En su domicilio hallaron pintados pentagramas y distintos símbolos de orden satánica en la pared y el suelo.
En la sala donde se celebró el ritual también se hallaron libros de tarot y magia negra, así como un cráneo humano real, efigies que representaban al ángel caído, figuras de chivos y otros objetos ceremoniales utilizados para actos de brujería.
En esta casa de Chimalhuacán, una mujer mutiló y asesinó a su bebé de 8 meses de edad "como ofrenda para el diablo", durante un ritual satánico. La @FiscaliaEdomex ya la detuvo. La historia con @franciscozea en @imagenZea pic.twitter.com/quMVfeKdXl
— Carlos Jiménez (@c4jimenez) February 8, 2018
Al entrar al domicilio elementos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México hallaron la andadera del bebé, sus tenis azules y una pequeña cobija con la que solían protegerlo del frío.
Tras indagar un poco la situación en la que Leticia y su hijo vivían, se descubrió que este no había sido presentado ante el Registro Civil y que su nombre era Belcebú. Además, dijo Axel, el supuesto padre del niño, a los medios, su ex pareja no le permitía verlo.
Tras dos semanas de buscarlo, los uniformados dieron con el domicilio de Leticia, que al llegar los recibió toda vestida de negro junto a una silueta de un niño dibujada al centro de un pentagrama pintado en el piso, rodeado de veladoras y una jaula con un ave en su interior.
Cerca del altar improvisado encontraron el cuerpo del menor, que había sido mutilado con ayuda de un cómplice aún no identificado, momentos antes de matarlo.
Belcebú o Beelzabub, es el nombre de una divinidad de origen filisteo que luego se le asoció al demonio, el ángel caído que, según la tradición judeo-cristiana, fue expulsado del Cielo por dios antes de convertirse en el Príncipe de todos los seres malignos de la creación.