Los mejores carteles para trollear en una manifestación

Por que no sólo de protesta vive el hombre...

El derecho a la protesta es fundamental para la vida democrática. Como lo es también el derecho a joder a la gente que se está manifestando.

Lo siento queridos manifestantes, así es como truena la galleta.

Como los gringos son profesionales en ambas cosas, decidimos recopilar los mejores carteles de gente que nada más fue a echar desmadre a las manifestaciones y decidió burlarse de todo lo que les rodeaba.

Claro, todas estas burlas son inocentes y nada más sirven para darle un toque pintoresco a las manifestaciones. Porque si gritar, cantar, tomar calles y mentar madres no es divertido yo no sé qué lo sea. No hay ocasión demasiado solemne para no reírse de uno mismo.

Para empezar tenemos aquí a un pragmático: “La gente detrás de mí no puede ver”.

Por acá hay dos decepcionados culinarios:

“Me dijeron que habría pastel”
“Me dijeron que habría galletas”

Por acá tenemos una excelente contraprotesta: frente al cartel del niño que, inexplicablemente, dice “Dios odia a los maricones”, el señor de la izquierda sostiene un cartel que dice “Dios odia los carteles”. Maldito genio del absurdo.

Por acá tenemos también un troll nivel citar a Justin Bieber. Un aplauso para el valiente:

“¿Es ésta la fila para conseguir boletos de Justin Bieber?”

Y aquí hay un pobre acarreado que decidió ponerse sincero:

“ABURRIDO”

También tenemos a este maravilloso troll que se pregunta cosas esenciales en una marcha:

“‘¡No sé por qué estamos gritando!”

O este buen ciudadano que quizo crear consciencia sobre el terrorismo: escribir en árabe no quiere decir apoyar el fundamentalismo islámico.

“¡Relájense! Dice ‘McDonalds’.”

O qué les parece este maravilloso tipo trajeado que nada más viene a disfrutar un poco de saludable caos:

“No me importa la protesta. Yo sólo vine por la violencia.”

O este buen muchacho que quiso conseguir amigos en un lugar improbable:

“¿Alguien quiere jugar Scrabble al rato?”

También topen a esta adorable pareja de viejitos que ya no tienen idea de qué carajos pasa pero que siguen manteniendo cierto orden en las prioridades de la vida:

“Se me olvidó por qué protestábamos. / Pero sí van a haber chelas al rato ¿no?”

O estos dos grandes ejemplos de héroes sin capa que protestan por las pequeñas jodas de la vida:

“Prohiban las invitaciones de Candy Crush”
“Paren las decoraciones prematuras de navidad”.

O a esta otra ciudadana honesta que se reunió en una multitud para protestar contra las multitudes:

“Odio las multitudes”

Y este buen muchacho que decidió encontrarse como Wally:

“Por acá estoy”

También les presentamos a este genio del cartel que decidió tomar el camino largo para la satisfacción inmediata:

“Quiero un Sandwich”

Esto ni sé cómo describirlo… pero al parecer todo es muy random con los carteles de protesta irónicos:

“Si siguen gritando así les van a salir músculos enormes en todas sus caras.” / “Me gustan las tortugas.”

Este manifestante también decidió sincerarse por una situación previsible:

“Mis brazos están cansados”

Y este otro se puso a señalar su gusto por las obviedades:

“Este letrero es demasiado grande”

En la siguiente imagen, tenemos una verdad dolorosa para el mundo de los carteles:

“un cartel es un terrible medio para poner argumentos complejos”

Y, al último pero nunca en último lugar, mi cartel favorito de todos los tiempos:

“Santa gloria al sapo hipnótico”

¿Cuál fue su favorito niños? ¡Sigan al Hipno Sapo!