Definitivamente el verano, las vacaciones (para algunos) y las ofertas que llegan con él, son nuestras cosas favoritas de la temporada, y cuando encuentras ofertas te favorecen, mucho mejor.
Alan Santa vive en San Luis Potosí y es el nuevo héroe de la gente y los perros, pues se volvió #LordCroquetas al encontrar en un Soriana un producto mal etiquetado: alimento para perros $18.50 pza acomodado justo arriba de costales de 25 kilos. O sea, que cada costal de croquetas le salía en menos de veinte pesos.
Muchos podrán pensar que hace valer estas ofertas que son un mero error humano de distracción es ser gandalla, pero la verdad es que la causa para las que estaban pensadas tantas croquetas, lo valía, pues Alan planeaba donarlas alimentar a perros callejeros y también donarlas a asociaciones y rescatistas.
Alan fue a la caja y pidió que le cobraran 18 costales de alimento, y al momento de pagar, sacó justamente los $333 del total que era, según la promoción que estaba anunciada. ¡Estaba a punto de comprar 450 kilos de croquetas por menos de $400!
Ni el cajero, ni el subgerente que llegó después a querer aclarar las cosas, ni la gerente que tuvo que bajar a solucionar el problema varias horas después pudieron hacer que Alan desistiera de su idea de aprovechar el ofertón que el buen “Julio Regalado” había pensado para los perritos, y al final de la tarde, después de mucha resistencia por parte de la tienda, otras mejores ofertas que “beneficiaran” a ambos lados y de plano amenaza de prohibir la venta, la gerencia de Soriana tuvo que aceptar el error y darle a Alan lo que era justo, 18 costales de croquetas por 18.50 pesos cada uno para poder ayudar a perritos callejeros.
En entrevista con VICE, Alan narró la historia y se ganó un poco más a la gente al contar que la gerente que se había puesto perrita con la compra, resultó ser hija de su vecina, esa señora que cuando eran morros se quedaba con sus balones cuando se volaban y no lo dejaba ser un Super Campeón como los de las caricaturas con las que creció.
En cuanto Alan llegó a casa, bajó las croquetas de su camioneta y comenzó el proceso de etiquetar en Facebook a refugios para perros, asociaciones, rescatistas, y otras instituciones que pudieran estar interesadas en la donación.
Además de donar los costales completos, Alan está armando bolsitas de papel llenas de croquetas para dar a la gente y que se las lleve y repartan a cualquier perro que vean por la calle.
También está seleccionando las casas, asociaciones o rescatistas que recibirán un costal de 25 kilos de croquetas.
“Y esta fue la historia de cómo me convertí en #LordCroquetas y me chingué al pinche sistema retrógrada —como diría La Mars—, pero por una buena causa”
[Vía: vice.com]