La muerte de Stephen Hillenburg nos agarró a todos desprevenidos. No esperábamos que esto de verdad pasara, aunque él ya nos había avisado que se encontraba mal de salud. Pero lo que pasó pasó, y ahora él ya está descansando justo donde quería: en el mar.
Evidentemente, sus últimos deseos tenían que ver con todo eso que siempre amó y por lo mismo, su voluntad final fue que su cuerpo fuera quemado, reducido a cenizas, y arrojado al mar de California, lejos de las cosas.
Y así fue como se hizo. A unos 400 metros lejos de la orilla, Stephen Hillenburg fue depositado para que los restos de su cuerpo se hicieran uno con el mar que tanto amó, por el que creó y construyó una de las series animadas más populares de toda la historia.
Ya se encuentra un poco más cerca de todos los personajes que creó, que dieron clases y nos mostraron un mundo diferente al nuestro pero que era casi igual. Esa parodia de lo rudo y difícil de la vida laboral y la vida adulta.
Recordemos que Stephen murió a causa de la Esclerosis Lateral Amiotrófica, esa misma enfermedad que hizo que se hiciera popular el Ice Bucket Challenge, para hacer donativos a la gente que sufre de esta enfermedad.