Puede sonar feo y hasta racista, pero no todos deberían reproducirse.
Sí, sí, ya sabemos, todas las personas tienen derecho a experimentar la magia de ser padres, pero ¿qué pasa cuando la pobre criatura a la que trajimos al mundo sólo lo hizo para sufrir, y no precisamente por las injusticias y maldad de los demás, sino por nuestra propia torpeza?
Ahora bien, en el caso de que ya tengamos hijos, cómo saber ¿cómo saber si somos unos papás modelos, o si por el contrario, hemos fallado miserable y tristemente en esta tarea?
En Erizos te presentamos algunos ejemplos de lo que es estar negados para la paternidad. Eres un mal padre sí a tus hijos…
- Los intentas cuidar mientras duermen… y al que le gana el sueño es a ti:
- No les enseñaste bien dónde sí, y dónde no puede hacer sus necesidades:
- No los cargas con cuidado y los tratas como si fueran Nenucos:
- No puedes cuidarlos si son más de uno:
- Les compraste una lámpara que por las noches se torna terrorífica:
- Los vistes de forma ridícula:
- No puedes ni tomarles una foto sin ponerlos en riesgo:
- No les divierte lo mismo que a ti, pero tú crees que sí:
- Los usas como “conejillo de indias” para probar tus dotes como peluquero:
- Los llevas al trabajo y te olvidas de ellos:
- Les compras ropa en donde Santa Claus está orinando:
- Los pierdes de vista y pasan cosas así:
- Las acciones más simples, como tomar agua, son un deporte extremo:
¿Y bien, les ha pasado algo similar?