Días después de que los medios internacionales elogiaran a Millie Bobby Brown -una actriz de 13 años- por su “sexualidad”, los mismos medios ahora se santiguan mientras reportan sobre la acusación contra Kevin Spacey de acoso sexual de menores.
¿Qué se le va ha hacer? Ahí está el click de la semana. Hora de ponerse el sombrero de la moralidad.
Pero esperen un momento…
Éste es Kevin Spacey, uno de los actores más aclamados del cine, el teatro y la televisión. Una persona que ha interpretado a varios de nuestros villanos favoritos, desde Keyser Söze en Sospechosos comunes a Frank Underwood en House of Cards. Una estrella que no buscaba la atención en su vida privada porque su única devoción estaba en los escenarios.
No se trata de un engreído como Ben Affleck o una viscosa basura humana como Harvey Weinstein. ¿Cómo puede uno odiar a un artista tan brillante en su trabajo como aquél que hizo el papel de Lester Burnham en Belleza americana?
Pues bien, emulando la manipulación maquiavélica del presidente Underwood, Spacey tomó la ruta de la disculpa a medias (“si lo hice, perdone usted pero andaba súper pedo, ya sabes”) para luego desviar la atención al revelar uno de los secretos no-tan-secretos de Hollywood (“qué creen amigos soy gay… quiobo”).
Va el texto completo:
— Kevin Spacey (@KevinSpacey) October 30, 2017
Chale.
Que sacón de onda.
Ahora resulta que las bromas de Family Guy de hace 10 años no son bromas sino testimonios.
Kevin Spacey's predatory behavior is such common knowledge in Hollywood that it was a joke on The Family Guy back in 2005. pic.twitter.com/K2yuOPZhJa
— Sam Kalidi (@samkalidi) October 30, 2017
Parece que aquello de que Spacey era un depredador de menores era uno de los tantos mitos urbanos que circulaban por las fiestas de Beverly Hills y que de alguna manera se filtraban al exterior, como el gerbil de Richard Gere o el cuerpo congelado de Walt Disney.
Pero bueno, ¿qué hemos aprendido con lo que se ha publicado hasta ahora?
1. Kevin Spacey es gay, dato que nos importa poco porque… pues meh.
2. Kevin Spacey tenía un padre que abusó de él y sus hermanos cuando eran niños, dato que no debe justificar su comportamiento por el que se le acusa.
3. Kevin Spacey es un acosador de menores, dato que sí debe de preocuparnos porque -si hemos aprendido algo de los casos de Bill Cosby y Harvey Weinstein- es muy probable que Anthony Rapp no sea la única víctima.
Dado su prestigio como actor, Kevin Spacey era visto como una figura de influencia y poder, particularmente en el mundo del teatro. De 2004 a 2015, Spacey fungió como director artístico del Old Vic, uno de los espacios más reconocidos de Londres (the Times reportó que los dueños del susodicho teatro lanzarán una investigación de la gestión de Spacey en esos diez años).
¿Y qué sucede con las relaciones de poder en la industria del espectáculo? A través de Facebook, el actor mexicano Roberto Cavazos contó la experiencia que tuvo con Spacey (su “Kevin Spacey story” le dice él en referencia a un “chiste local”) cuando el actor estuvo una temporada en el Old Vic.
Y eso, tal parece que vamos a saber más del comportamiento “seductor” de Spacey en los próximo días y de la boca de otras personas.
Qué fuerte.
Ahora bien, ¿realmente se acabó la carrera de Kevin Spacey (como indica el señor de aquí abajo con tanto aplomo)?
https://www.youtube.com/watch?v=q_D7D7bHivU
Eeeeeer…
Pues como dice Susan Sarandon, la gente padece de mala memoria. ¿Quién de aquí se acuerda de las acusaciones de violencia doméstica contra Johnny Depp? ¿O qué más se supo sobre el comportamiento violento de Mel Gibson?
La carrera de Casey Affleck parece que va de viento en popa, con todo y un Óscar a unas semanas de que revivieran las denuncias de acoso sexual en su contra.
Woody Allen sigue haciendo una peli por año. A Roman Polanski nadie lo molesta en Europa. Bryan Singer, un amigo personal de Spacey, fue acusado de abuso de menores hace años, pero no se nota que el pleito le esté quitando el sueño mientras gana millones haciendo películas de los X-Men.
Incluso entre los artistas que llegan a enfrentar un cargo en la corte o llegan a pisar la cárcel, sus carreras no se ven muy afectadas que digamos y al poco tiempo regresan al estudio (cosa que se ve principalmente en la industria musical y entre artistas afroamericanos).
Acoso sexual, violencia doméstica, abuso de menores… a Hollywood no le importa porque detrás del telón hay una cantidad innumerable de personas involucradas. Bueno, una cantidad innumerable de hombres (cuando las mujeres caen por un acto criminal, por más ligero que sea, no se libran tan fácilmente y tienen que pasar años para que puedan volver a trabajar, véase Winona Ryder).
Así que Kevin Spacey va a estar bien, créanme. En un par de meses nadie se va acordar de esto y no pasará de ser una estadística más para comentar con morbo en redes.
Todavía queda una temporada de House of Cards y según IMDB, tiene mínimo tres películas en puerta (irónicamente, en una de éstas interpreta a Gore Vidal, un influyente político del siglo XX señalado por su homosexualidad cuando ser homosexual era casi un crimen en los EE.UU.).
Pero, un momento… ¿por qué?
Bueno, pues como indica Roberto Cavazos en su confesión, es como se hacen las cosas al otro lado del escenario.
Recordemos: Hollywood es algo así como la Iglesia Católica. El crimen no está en el acto, porque ¿cómo puede ser un acto reprobable si todos lo hacen dentro de ese pequeño infierno, incluyendo los que llevan las riendas del poder? Oh no. El crimen es que te cachen y que te expongan en la luz pública. Así de simple.
Digo, ¿qué es lo peor que le pueden hacer? ¿Quitarle un Emmy? ¡Ja! ¡Jaja!
Por tal motivo, no debe ser sorpresa que Hollywood solape la conducta de sus Harvey Weinsteins y sus Kevin Spaceys. Porque ellos saben que al momento en que caiga uno, empezarán a caer los demás, como piezas humanas de dominó.
Pero al rato se levantan, quizás un poco más vacíos por dentro que antes.