La Piedra del Elefante es una roca, tal cual, que tiene una forma muy peculiar: parece un elefantitobebé caminando alegremente. Esta llevaba millones de años sin ser alterada y sobreviviendo a catástrofes naturales y el tiempo, pero no sobrevivió a los. Rubio García, de Nuevo León.
Los cuidadores de la Reserva de la Biósfera El Cielo, lugar donde está ubicada esta piedra, encontraron vandalizada la pieza geológica durante un rondín rutinario. Por supuesto, se impactaron por lo ocurrido y querían encontrar a los culpables, pero todo fue más fácil y rápido al notar que estos habían dejado sus apellidos y hasta su lugar de procedencia como marca.
Según la gente a cargo de este parque natural NO recreativo, se trata de evitar que el turismo llegue de forma constante hasta esas zonas, que han sido protegidas por el gobierno desde hace bstantes años por su valor ecológico y cultural, como en el caos de la Piedra del Elefante.
“Con este tipo de caminos, evitamos que suba una gran cantidad de vehículos, evitando descontrol. Es una impotencia ver este tipo de imágenes en lugares de acceso difícil, que han permanecido 65 millones de años intactas, para que el ser humano ponga su huella y peor aún, pongan nombre, apellido y lugar de procedencia”
El Centro Interpretativo Ecológico (por cierto, ¿cómo se interpreta la ecología?) publicó que:
“Este tipo de turismo no es el que queremos que venga. Hace cuatro horas en un vehículo 4×4 desde la parte baja de Gómez Farías hasta la Piedra del Elefante, para hacer este tipo de vandalismo en una formación rocosa, no tiene precio”
Por supuesto, esto representa una gran pérdida en el valor histórico de esta roca que llevaba ahí siglos, demostrando el paso del tiempo a través de su forma de elefante, aunque para eso hubiera que meterle bastante imaginación.
Ahora, es solo una piedra más con la firma de la familia Rubio García, unos regios que no vieron en 65 millones de años de historia más que su oportunidad de dejar una firma como si fueran perritos orinando postes en la calle.