Chicas Pesadas intentó mostrarnos al diablo convertido en persona en los hombros de Regina George, una adolescente que ha sido juzgada injustamente por todos nosotros durante años, cuando en realidad ella era la buena de la película.
¿No nos crees? Basta con que intentemos ver la película desde los ojos de Regina y no desde Cady Heron, una pusilánime agresora que se pintó de víctima todo el tiempo.
Primero, cuando Regina comienza a darle un lugar a Cady en su mesa, Janis convence a esta nueva estudiante de jugarle una “broma” a Regina.
PEEEERDÓOOOON, ¿una broma es arruinarle la vida a alguien? Estas dos comenzaron a conspirar contra ella por razones que, sinceramente, no tenían mucha lógica: su cuerpo, sus amigas y su novio.
Regina, por supuesto, solo terminó defendiéndose de los demás y de las acciones crueles que comenzaron a realizar en su contra. No solo pusieron en contra a sus amigas, también pusieron en peligro su salud y lastimaron su autoestima. Seamos sinceros: ella solo se defendió.
Como podemos observar desde un principio, la escuela vivía una armonía aceptable. Todos tenían sus grupos específicos y cada quién vivía su vida de manera normal, pero todo se complica cuando llega Cady, que en su tímida inocencia, acepta el plan de Janis, para después hacerlo suyo, destruir a Regina George y pretender ser ella.
La obsesión con Regina escaló tanto que comenzó a coquetearle a Aaron, el ex novio de Regina. Claro, debemos aceptar que ninguna persona es dueña de otra y que, en este sentido, nuestra heroína actuó de manera infantil. Pero Cady fue aún más infantil porque no le importó la felicidad ni la salud mental de su amiga.
Tan poco le importó, que Regina tuvo que volver con Aaron, a pesar de que ella quería estar con otra persona.
Tanto fue su dolor, que tuvo que ser infiel en el salón de proyección, que, además, terminó en algo bueno: gracias a ella, se descubrió que el coach Carr era un pedófilo.
Ella buscaba que sus amigas tuvieran vidas felices; sabía que Gretchen era odiada por muchas, por lo que le sugería no usar fetch, una palabra que le traería problemas en el futuro porque es tonta y jamás iba a pasar.
A Karen, lo que le enseña es que no debe avergonzarse por vivir en libertad su sexualidad, e intenta decirle “zorra” para que lo adapte para sí misma, sin la vergüenza con la que los demás lo quieren hacer ver.
Además, no podemos olvidar que a ella la aventaron hacia un autobús que le destruyó la columna, y aún así no faltó a la escuela ni al baile de graduación, que era lo último que le quedaba para que dejaran de querer destruirla, solo por la susceptibilidad de Janis y Cady.
Bueno, claro que sí era medio coolaid magic. Trataba mal a sus amigas, mentía y, además, hizo un libro donde hablaba mal de todos, libro que debió quedarse en privado.
En realidad Chicas Pesadas no tiene una villana. Todas lo son, para ser honestos. Janis llevó al extremo sus sentimientos negativos hacia Regina solo por insinuar que era lesbiana; Cady vio a Aaron como su propiedad y quizo quitárselo a Regina, que también lo veía como un objeto intercambiable.
Así que la siguiente vez que quieras sentarte a juzgar a Regina, solo recuerda que ella tuvo que ir a Sears porque su vestido no le quedaba por culpa de su nueva ‘amiga’, la misma que le quitó a su vato y le destruyó la vida, como ella lo hizo con otras.
