El Basta es uno de los juegos más importantes de nuestras infancias. Nos enseñó el valor de la rapidez en el trabajo y también la importancia de conocer cuanta tontería hay en el mundo. Sin embargo, hay usurpadores que le quieren cambiar el nombre y así es como empezó esta discusión que reventó (bueno, no) las redes.
Todo empezó con este tweet, que hizo una simple pregunta. ¿Cómo se le llama al juego? Sus opciones eran “Tuttifruti” y “Alto al Juego”, demostrando que hay bárbaros alrededor del mundo, porque todos sabemos que eso se llama B A S T A.
Pero al parecer nosotros somos la resistencia del verdadero nombre de este milenario y simple juego. Llegaron otros más a decir que se llama Stop, como si fuéramos alguna colonia gringa que nos e sabe inventar sus propios nombres.
Pensamos que eso sería lo peor que veríamos, pero no. Conforme llegaron más personas a ese tweet todo cambió, nos hicieron pensar que tal vez nosotros estamos locos. “Enfatizador de Palabras”, que no parece nombre para nada ni nadie, incluso estaba en la lista.
Y luego más y más fueron a sangrar nuestra concepción del mundo. “Alto el Lápiz” fue una de las que más nos dolieron en el alma.
Aunque, claro, siempre hay gente que llama a la cordura, recordando que las tradiciones existen por una razón.
Y otros chistocitos, claro. Pero a estos ignorémolos prontos.
¿Cómo cuentan “basta”? EL JUEGO DE PALABRAS UNO, EL JUEGO DE PALABRAS DOS…
Incluso eso suena más natural que Alto al Lápiz o Tuttifruti.
¿Cómo es que incluso algunos le llaman Pi? ¿Cómo llegamos a esto?
Puede que lo que nos divide como humanidad es el nombre de este juego y no nada más.
Imaginen todas las guerras que impediríamos si dejáramos de pensar en esto como algo que se puede llamar “Arriba España”.
O Alto al Fuego. Nombres que solo nos recuerdan los horrores cuasados por la gente que no se adapta a llamarle como es.
¿O será que nosotros somos los que estamos equivocados?
¿Y si realmente que le hayamos puesto Basta es el problema?
No. Ellos son los equivocados. Mientras llaman a la confrontación o a la mezcolanza indiscriminada, nosotros decimos “basta”.
El nombre legítimo de este juego es el que evoca la mayor capacidad de resolución de problemas, no las que lo fomentan hasta con “Nombre y Apellido”.
Primero fue el Elote en Vaso y ahora esto. Debemos parar la masacre.
Antes de que llegue alguien a decirnos “vamos a jugar ‘Culturín'”.