Nosotros no nos damos cuenta porque somos mexicanos, pero si por un momento nos pudiéramos desdoblar y ver a nuestro país desde los ojos de un extranjero nos daríamos cuenta que nuestro México es un sitio mágico-cómico-musical en donde nada tiene sentido.
Y es que para entenderlo hace falta tener cierta jiribilla, esa que sólo se obtiene con años de: viajar en Metro, comer tacos, nadar en Caleta y Caletilla, saberse la porra del “chiquitibum ala bim bom ba”, tomar refresco en bolsa, y un larguísimo etcétera.
A continuación, una muestra de cómo funciona el ingenio mexicano, con estos peculiares negocios cuyos nombres, o giro al que pertenecen, sólo puede ser entendido por un compatriota:
¿Quieren tener el cuerpo estilo “Michelin” de John Cena?
Los Sánchez son unos loquillos:
Aquí dejan “perrón” al firulais (perdón por el chiste de señor).
No se te olvide traer tu INE:
“Sólo por hoy, no cenaré garnachas”
La versión chida, pero austera, de “Cuidado con el perro”
Para tu hambre nivel Súper Saiyajin Nivel Dios
Qué gran servicio a la comunidad:
Todos unidos contra los vegetarianos:
Tacos con mucha clase:
¡Vamo!
“El Gudy” es tu amigo fiel:
De seguro tienen menos calorías que un frapuccino venti con crema batida y chispas de chocolate:
Este bar te dejará satisfecho.
Para los muertitos de Coapa:
Su especialidad: Los tacos de tripa
El poder de Thor no proviene del martillo…
Moda con harto rock:
Tantita madre 😛