Gustavo Adolfo Infante aparentemente se escondió en la cajuela de un carro con tal de no ser aprendido y así escapar de la justicia; el caso del conductor se torna cada vez más complicado.
Resulta que por varios lados circuló la noticia de que el periodista tenía problemas con la ley, todo por haber hablado en sus programas de una actriz, sin embargo, él después de todo aclaró lo que estaba sucediendo.
Según las palabras de Infante, se ausentó a su programa Sale el Sol porque tenía una revisión médica, para después aparecer en De Primera Mano como si nada, pero la justicia no se quedó de brazos cruzados y sigue en su intento por capturarlo.
Todo el tiempo estuvo Gustavo Adolfo Infante en la cajuela de un carro
Resulta que nadie sabía cómo es que el conductor se enteró de la orden de aprehensión hasta que Michelle Rubalcava habló de cómo fue el proceso de lo que ocurrió.
Por las palabras de este personaje, alguien dentro de Imagen Televisión le fue con el chisme. Cuando llegó Gustavo Infante a la empresa le avisaron que lo estaban buscando, más en específico unos judiciales, por lo que tuvo que escapar en ese momento en lo que el abogado tramitaba el amparo.
“Me comentaron, una de mis cucarachas de Imagen Televisión, que llegó Gustavo bien campante al programa Sale el Sol y que le dijeron ‘Gustavo, hay unos judiciales allá afuera, que vienen por ti’, obviamente los judiciales no pueden entrar a la empresa porque es una zona privada”.
En ese momento Gustavo Adolfo Infante sintió el verdadero terror, y uno de los asistentes que tiene el conductor le comentó que lo mejor que podía hacer era fugarse para que no lo atrapasen.
La situación empeoró porque la empresa para la que trabaja no puede hacer nada por tratarse de un problema personal que tiene él.
“Pues que lo metieron en la cajuela de su coche, y ahí lo sacaron escondido para que no lo vieran los judiciales, de ahí se fue a Morelos, es lo que me cuentan qué pasó supuesta y alegadamente”.
Fue así como supuestamente Gustavo quedó expuesto, ya que según esta fuente y lo que dijo Rubalcava en ningún momento existió un dentista, más bien resultó ser la cajuela de un carro en lo que salía de la capital mexicana.
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