Decisión… eso es lo único que se necesita para cambiar radicalmente nuestra vida.
Si bien es cierto que debemos amarnos y aceptarnos tal y como somos, esto no debería estar peleado con ser más saludables y en consecuencia, vernos y sentirnos mejor.
¿Cuántos de nosotros, por simple flojera y/o apatía, hemos descuidado nuestra apariencia?
Lo peor es que, aún y cuando reconocemos esta situación, no hacemos nada por revertirla pues pensamos que ya es demasiado tarde.
Y saben, nunca es tarde.
Como ejemplo les traemos varias imágenes y testimonios que atestiguan el impresionante cambio de varias personas que decidieron salir de la zona de confort en la que se encontraban y con algunos cambios (a veces ejercicio, más higiene, actitud o hasta un corte de cabello) ahora están más satisfechos consigo mismos.
Chequen:
Ella tardó dos años y tres meses para ponerse en forma.
“… suena como toda una eternidad, pero el tiempo pasó volando y valió la pena”
Él adelgazó y eligió otro peinado:
En el siguiente caso, quedarse calvo desde joven no lo detuvo. El cambio fue emocional y físico:
“Empecé a leer, leía mucho y todo el tiempo. Así empezó mi transformación emocional y psicológica. En lo que va a la apariencia, empecé a perder cabello a temprana edad. Para la mayoría de los chicos es un motivos de preocupación. Pero en un año en el ejército me acostumbré a mi calvicie y, al regresar a casa, empecé a raparme y dejé crecer la barba. Así fue como encontré la mejor opción para mí”.
Él bajó 46 kg y sigue trabajando su cuerpo. También cambió de celular:
Esta chica era tímida y no acostumbraba a salir de casa. En tres años cambió no sólo su apariencia, sino que se volvió más sociable:
El divorcio de sus padres afectó su personalidad. Se volvió tímido, sufría de sobrepeso y era víctima de bullying en la escuela. Al mudarse y entrar a la universidad buscó que las cosas fueran distintas:
“Temiendo convertirme nuevamente en un blanco de burlas, intenté relacionarme con todos e integrarme al grupo. Hice unos buenos amigos y, con su ayuda, empecé a llevar un estilo de vida más activo y logré bajar de peso. Ahora puedo tratar con cualquier persona”.
Cuatro años le llevaron a esta chica estar satisfecha con lo que veía en el espejo:
En tres años el ejercicio lo cambió por completo:
A veces el proceso es tardado, pero vale la pena:
“¡En 15 años por fin conseguí la línea del mentón! Ahora hago todo lo posible para mantener mi peso normal”.
Él tardó cuatro años (es el de la derecha):
Ella estaba deprimida por cómo se veía. Se aficionó a correr y su vida adquirió un nuevo rumbo:
“Decidí que era capaz de cambiar las cosas y empecé a adelgazar. Ahora corro todo el tiempo, sin importar donde estoy. ¡Me siento genial y me gusta la vida!”.
Entre estas fotos sólo hay… ¡45 kilos de diferencia!
Un estilo de vida saludable también puede salvarnos la vida.
“Pesaba 27 kilos y ahora 40, y sigo trabajando en mi cuerpo. Muchas veces he intentado restablecer mi peso normal en hospitales, pero todo siempre volvía al mismo punto. Luego decidí que de verdad quería subir de peso y empecé a trabajar en mi salud. Además de engordar, logré trabajar el día completo, empecé a vivir sola y por fin me convertí en una ’verdadera’ adulta”.
Ponerse en manos de un especialista también es importante.
“Acepto honestamente que durante mucho tiempo no lograba perder peso por mi cuenta. Me ayudó un doctor especializado”.
Hace 4 años era nerd…
Tras años de conformismo, ella decidió adelgazar. Esto logró en 25 meses:
Los cambios a veces son pequeños pero sumados hacen una gran diferencia.
“No hice nada fuera de lo común, pero ya no soy el patito feo”.
Esto fue lo que él hizo:
“Hace poco pesaba 148 kg, luego tomé la decisión de adelgazar. El primer día les dije no al pan y al azúcar en cualquier forma, al día siguiente me inscribí en el gym y dejé de tomar alcohol durante 3 meses. Para agosto, pesaba 100 kg. Ahora me mantengo en ese número y estoy contento”.
Nunca es tarde para empezar:
“Restauré lo que 20 años de McDonald’s y refresco habían destruido”.
De los 19 a los 21 años:
Ella pasó por varios cambios hasta que encontró lo que quería:
“Simplemente no me gustaba cómo me veía. Los chicos ni siquiera me prestaban atención. Al final, decidí cambiarme a mi misma, quería lucir diferente y memorable. Me perforé las orejas, me hice varios tatuajes, me pintaba el cabello de rojo: lo probé todo. La gente empezó a notarme.
Hace poco entendí que lo importante era cuidarme correctamente, sentirme bien y estar segura de mí misma, ser una persona interesante. Volví a mi color de cabello natural, me inscribí en el gym. Ahora las personas ven en mí a una chica atractiva porque me empecé a sentirme mejor”.
De los 15 a los 21 años:
Ella se dedicó a adelgazar durante 20 meses y aceptó la forma de su cabello:
“Entre estas fotos hay 20 meses de diferencia. Además de bajar de peso, decidí dejar de sentirme avergonzada por la estructura natural de mi cabello”.
Otro proceso de cambio exitoso:
Perdió 54 kg y ahora trabaja en sus músculos:
¡Quihubo!
Moraleja: Estamos feos y pal’ perro porque queremos…