Ahora resulta que aunque tengas un desorden mental, puede que seas más feliz si eres de los raritos que se andan exprimiendo los barros junto a su pareja. Esto, claro, no lo decimos nosotros, lo dice la ciencia.
Un estudio publicado por la Universidad de Wisconsin asegura que las parejas que se exprimen los barros el uno al otro son más felices por alguna razón que nuestro intelecto de Erizo no alcanza a comprender.
El estudio está basado en la investigación de 100 parejas a lo largo de 10 años, en los que se analizaron los diferentes tipos de relaciones que pueden entablar los sucios y asquerosos humanos.
Dentro de las miles de inferencias que pudieron hacer, una de las que más impresionó a los científicos fue que las parejas que reconocen exprimirse los granos son las que también tienen una percepción más grande de la felicidad.
Según los investigadores, hacer esto creo lazos sólidos de confianza que los que existen en las parejas que le tienen asco a lo que hay dentro de los poros de la piel.
Como ya sabemos, exprimir granitos y encontrar satisfacción en ello está ligado fuertemente a afecciones y trastornos de conducta, pero esto no significa que estés bien lurias, sino que nada más te gusta la sensación relajante de quitar algo que resulta imperfecto.
Matt Traube, psicoterapeuta infantil y familiar de California, explica con palabras menos feas y más fácil porque encuentras divertido, satisfactorio, y en casos raros, cachondo andar tronando granos:
“Para muchas personas, hay una satisfacción maravillosa que proviene de hacer estallar un grano: es casi eufórico”.
Según él, cuando se están exprimiendo estas cosas de la piel, el cerebro tiende a producir dopamina, que es lo mismo que andarse drogando, pues, pero de manera natural y sin gastar un solo peso.
Es más, asegura que existen muchas parejas que encuentran esto como una forma de solucionar conflictos. Bien raros, ¿no?
Con información de: ActitudFem