Buzos especializados en arqueología submarina llevan 117 años explorando los restos de un barco romano que se hundió cerca de la costa de Grecia, en el Mar Jónico, y aún no terminan de desenterrar todos los tesoros que llevaba a bordo.
Fue de este mismo naufragio del que recuperaron hace más de un siglo el misterioso mecanismo de Anticitera, considerado la primera computadora analógica del mundo y que era capaz de predecir algunos eventos astrológicos y calendáricos.
El hallazgo más reciente y fascinante desde entonces ha sido un brazo masculino de bronce conservado en excelente estado y algunas pieza de bronce que, se cree, pertenecen a una estatua.
También se halló una multitud de fragmentos de mármol y un disco de bronce, revelando la fastuosa naturaleza del barco que se hundió hace 2 mil años.
Todos los hallazgos se realizaron entre el 4 y el 20 de septiembre, regados en el fondo del mar que rodea la isla griega de Anticitera a 50 metros de profundidad.
Entre los tesoros que el Departamento de Antigüedades Subacuáticas del Ministerio de Cultura griego ha encontrado a lo largo de un siglo, destacan joyas, piezas de esculturas, vasijas de vino y aceite procedentes de distintos rincones del imperio romano, y restos humanos.
La mayoría de los artefactos y piezas hallados serán estudiados por los arqueólogos y catalogados, ya sea para su estudio profundo o su preparación para formar parte de la exhibición de algún museo.
Hasta el momento se desconoce el origen o el destino de esta misteriosa embarcación, misma que llevaba objetos que para un romano común era increíblemente difícil de conseguir por la calidad de su hechura, su origen y los materiales empleados.
Se cree que el barco le pertenecía a un opulento comerciante, pero hasta ahora no se sabe con certeza a quién le perteneció y a dónde habría llegado de no haberse hundido.
¿Qué otra cosa hallarán los arqueólogos en las profundidades de las aguas helenas?