Por siglos hemos hecho dietas como si estas fueran a resolvernos la vida; como si comer puro atún fuera la puerta a tener el cuerpo de Maribel Guardia, pero NO. Resulta que la verdadera puerta a la delgadez está en llorar… llorar mucho.
Las razones son muchas, pero básicamente se trata de lo que pasa con tu cuerpo cada que lloras. Según estudios realizados por el St. Paul Medical Center, las lágrimas son una válvula de escape para muchas de las hormonas que producen el estrés.
Principalmente el cortisol, que es una sustancia culpable de que acumules grasa dentro del abdomen porque… pues porque sí, porque es malvada y quiere vernos rechonchos y no atléticos como Ana Guevara.
Esta es la razón por la que cuando lloras te sientes mejor emocionalmente. La tensión escapa con cada lágrima, pero también esas cosas que te hacen engordar, por lo que podemos asegurar que lo que te hace falta es una buena llorada.
Claro que las lágrimas no son precisamente mágicas y necesitas de cierto número de lágrimas para cierto número de cortisol y estrés, lo que esto significa son dos cosas: esas cinco órdenes de tacos no se van a ir de tu cuerpo nomás porque llores de la culpa y; no funciona si no lloras de verdad.
La forma en que esto sea efectivo es que tu llanto sea provocado realmente por motivos que efectivamente lleven a tu cuerpo al punto de las lágrimas. Si te poner a picar cebolla todo el día para llorar nomás porque sí no va a funcionar.
Así que ya lo sabes: cuerpo sano en cuerpo que llora es el nuevo “cuerpo sano en mente sana”.
Con información de Salud 180
